Roma venció 2-0 a Udinese en el Olímpico, por la fecha 11 y se consolidó en lo más alto de la Serie A, a la espera de lo que ocurra con el Inter para saber si se mantiene como único líder o comparte la cima.
Desde el inicio, la Roma intentó imponer condiciones con posesión y presión alta, aunque se encontró con un rival que apostó a salir rápido de contra. La lesión de Artem Dovbyk antes del descanso obligó a modificar los planes, pero el capitán Pellegrini apareció para abrir el marcador desde los doce pasos, tras una mano en el área de Kamara revisada por el VAR. Ese tanto le dio tranquilidad a los locales, que dominaron los últimos minutos del primer tiempo y se fueron al descanso con ventaja.
En la segunda mitad, el conjunto romano buscó ampliar la diferencia con mayor profundidad y movilidad en ataque. Matías Soulé, el joven argentino que sigue sumando minutos como titular, fue protagonista en varias jugadas por la banda derecha hasta ser reemplazado a los 74 minutos por Stephan El Shaarawy. La salida del ex Juventus coincidió con un cambio de ritmo en el equipo, que encontró el segundo gol a través de Çelik tras una buena asistencia de Gianluca Mancini.
Udinese tuvo algunas aproximaciones, especialmente con Buksa y Zaniolo, pero se encontró con una defensa sólida y con un arquero, Mile Svilar, que respondió con seguridad cuando fue exigido. Los ingresos de Bayo y Zemura no lograron alterar el desarrollo del juego, y la Roma terminó controlando el cierre del encuentro sin sobresaltos, incluso con la posibilidad de ampliar la diferencia.
