El delantero es el jugador más importante de Tigres en la Liguilla, al sumar cinco goles, y disputará su primera final con el equipo de Nuevo Léón
Sebastián Córdova, o el ‘Chícharo’, como le decían en las divisiones inferiores del América, es la figura de Tigres en la liguilla. Esta noche en el Gigante de Acero convirtió su quinto gol en la fase final y fue culpable de una nueva frustación de Monterrey en el Clásico Regio, ahora al caer en las semifinales del Clausura 2023.
Pero el camino de Córdova no fue fácil. Comenzó a los 13 años en la Ciudad de México cuando dejó Aguascalientes y se metió al ‘Nido’, que es como se le conoce a la casa club del América. Ahí, aguantó el bullying, las bromas pesadas y las altas y bajas para ser futbolista profesional.
“Desde que llegó al club a los 13 años empezó a saber lo que quería y nos sorprendió a nosotros porque era uno de los más chicos en la casa club. Le ayudó que convivió con gente mayor y lo hicieron madurar más rápido porque fue fundamental la parte emocional y psicológica”, dijo Guillermo Huerta, extimonel de la Sub-20 de los azulcremas, en exclusiva a ESPN.
“Se salió chico de su casa, llegó a una ciudad grande, donde los grandes te hacen bromas, te bullean y se sobrepuso a muchas situaciones que se viven en casa club. Es muy educado, obediente y trabaja al cien”, reconoció que fue su último formador antes que diera el paso al profesionalismo.
El papel de Córdova con los Tigres se traduce en cinco juegos disputados y cinco goles en 425 minutos. Su papel en repechaje ante Puebla y en cuartos de final ante Toluca fue clave para vivir una semifinal más. Ante Rayados se convirtió en el verdugo, con el único gol del partido y eliminó al líder del torneo; pero no siempre vivió de alegrías, y mucho menos cuando llegó con los felinos, puesto que salió mal del América y con los regiomontanos le costó el inicio.
“La parte mental hoy en día en el futbol es fundamental. Sebastián nunca esperaba salir del América, es americanista de hueso colorado y creo que, emocionalmente, le pegó un poco y es a lo que vino un poco a la baja porque no lo aceptó tan rápido y hoy es uno de los mejores jugadores en la liguilla y ha hecho un buen papel con Tigres”, sostuvo Huerta.
Desde que Huerta lo vio, le reconoció sus características. Encarador, con buen pie, que domina ambos perfiles y siempre lo vio cobijado por un vínculo familiar que fue clave para que no sufriera el estar lejos de casa.
“Desde chiquito, desde fuerzas básicas le veíamos ese potencial, el cambio de ritmo y fue mejorando su técnica. Es un chico que trabaja bien, es entregado y es difícil encontrar un futbolista con esas características”, enfatizó el timonel.
“Tiene buena unión familiar y le ayudó a fortalecer la parte emocional que no es fácil irte de tu casa a los 13 años y es algo para valorar porque tuvo la paciencia para aguantar. Conocí a muchos jugadores que se iban porque no aguantaban, y la persistencia y mentalidad de Sebastián lo mantuvo y gracias a esa parte está en primera”, concluyó Huerta.
Córdova defendió la playera del América y heredó el número de 10 de grandes nombres, como Cuauhtémoc Blanco. Tuvo que salir de las Águilas apenas un torneo después de ganar la medalla de bronce con México en Tokio 2020. Ahora, en Tigres vivirá su primera final en El Volcán con la etiqueta de figura.