MÉXICO.- Gaspar Triverio, jugador del Libertad de Sunchales de la tercera categoría de Argentina, habla de su hermano Enrique, quien ha recibido un año de castigo por el intento de agresión a un árbitro.
El mediocampista señala que el delantero de Toluca está muy arrepentido de su actitud, “pero no fue agresión” y considera que no puede medirse de la misma forma en que se hizo con Pablo Aguilar, jugador del América.
“Para mi hermano es como cortarle los pies. Estar un año sin jugar, sin tener rodaje en la liga o en donde sea, es muy difícil. Eso es lo que nos preocupa a todos. Es una locura; es su trabajo”, afirmó el también delantero a ESPN Digital.
Gaspar comenta que desde el momento en que el árbitro levantó la mano el delantero del Toluca sabía que había hecho mal.
“Ya quería apretar pausa, retroceder el tiempo y salir por el otro lado. En el momento es muy difícil para él, las pulsaciones son a mil, estar jugando un partido, estar en la cancha, querer ganar, ganar, correr es muy difícil pensar en ese momento, pero como siempre dije, meto las manos al fuego por él, es mi hermano, pero creo que cualquier jugador de futbol sabe que no fue una agresión, que solamente lo quiso poner de frente para hablarle y el árbitro lo tomó a mal”.
Recalca que “no está arrepentido de agredir porque nunca agredió, por ahí sí de querer volver para defender al otro jugador que lo habían expulsado y por eso pasó eso”. Le contó Enrique que “se puso en el lugar del árbitro y pensó que se había asustado y que Enrique le iba a levantar la mano”.
El evento sucedió en el partido Toluca contra Monarcas, correspondiente a los Octavos de Final de la Copa MX.
“Hemos hablado. Está muy preocupado, se siente mal, porque nunca había reaccionado de esa forma. Se sentía sorprendido y a nosotros nos sorprendió, pero fue una reacción del momento. Desde mi punto de vista nunca quiso agredir al árbitro, solo quiso apoyarle la mano para que lo viera frente a frente. Desde que juega al futbol Enrique nunca había reaccionado así. Tiene pocas expulsiones en su carrera”.
Revela que Enrique no puede ni quiere entender la sanción, “cree que no es para tanto”.
Por otro lado, señala que se debe poner en la balanza el caso de Aguilar y darse cuenta que “no se mide la agresividad que hay en uno con el otro y a los dos les dan la misma cantidad de partidos”.
Agrega Gaspar que eso le molesta a la familia y “no se puede entender por qué tantas fechas; ahí están las imágenes. No fue un empujón que al árbitro le haya hecho retroceder tres pasos. Estar un año fuera no puede ser. Cualquier persona quiere progresar en la vida”.
VENDRÁ LA MAMÁ U OTRO FAMILIAR
Reconoce Gaspar que la experiencia de Enrique le sirve a él mismo y a todos. “El día a día te deja enseñanzas. Cuando llegas a tu casa y pone la cabeza en la almohada piensas en todo lo que hiciste bien o mal y lo que tienes que cambiar. Nadie es perfecto. Todos nos equivocamos y tenemos errores. Lo más importante es sentarse, replantear, ser auténtico y aprender a cambiar”.
Espera que la apelación que presente el Toluca ante las autoridades internacionales competentes beneficie a su hermano y se le ponga una sanción justa. “Que vean bien los videos detenidamente y escuchen al árbitro para saber si hubo algo verbal que no lo hay y Enrique pueda volver a jugar lo más rápido posible; así lo esperamos su familia y todos los que lo queremos; eso sería lo más justo”.
Dice que su mamá (María del Rosario) ”se quería venir a México cuando se dio el suceso y lo hará próximamente o si no otro integrante de la familia. “Queremos que no esté solo y se sienta apoyado para que lo fortalezca el amor de madre o del hermano o cualquier persona que quiera ir”.
La familia de Enrique la forman la mamá y los hermanos: Luciana (la mayor), Andrea, Baltazar y Gaspar (mellizos) y por ultimo Flavia, “una hermanita de corazón”. El papá murió hace un año.
De Enrique, quien es soltero, depende su mamá, Baltazar y Flavia. “Mi madre fue una madre laboradora de toda la vida. Me acuerdo cuando chico, de cinco, seis años cuando iba a la primaria, ella se levantaba a las 4 de la mañana a trabajar y así todos los días del año. Y gracias a Dios por lo bien que le empezó a ir a Enrique en el futbol, cuando se fue al Toluca, le dijo que no trabajara más, ‘yo te daré lo que ganas y un poquito más”.
Gaspar no cree que Toluca le quite el apoyo económico a Enrique, pero lo que más le importa a él y a la familia “es que se levante esa sanción o que se le reduzca”.