Antes de colocar la primera piedra de un nuevo estadio, Tigres deberá llegar a un acuerdo con la UANL para modificar diversas cláusulas que, actualmente, le impedirían tener un nuevo inmueble
En diciembre del 2020, cuando Sinergia Deportiva renovó el contrato de comodato con la UANL para administrar a los Tigres, se contempló la “remodelación o reconstrucción” del estadio Universitario, pero no se planteó uno nuevo en otra sede. En caso de que el equipo regio quiera un nuevo inmueble, deberá de renegociar al menos una cláusula en el convenio que tiene con la universidad y el cual tiene vigencia hasta el 2056, según los documentos a los que tuvo acceso ESPN Digital.
Samuel García, gobernador de Nuevo León, ha insistido, una y otra vez, con la propuesta de construir un nuevo estadio para los Tigres; incluso, en noviembre pasado contemplaba que durante enero del 2022 se arrancarán con las obras. Antes de eso, Sinergia Deportiva, apoderada del equipo, deberá de cambiar la cláusula “Décima segunda” de su convenio con la UANL, la cual, en su apartado tres, obliga “A conservar como sede de los juegos de los Equipos al Estadio Universitario UANL”.
El gobernador sueña con edificar el nuevo estadio de los Tigres en el estacionamiento del actual recinto, pero ese terreno es propiedad de la UANL y también necesitaría de su autorización para poder construir el inmueble, que supuestamente sólo tendrá inversión privada y no intervendrá el gobierno.
Los Tigres sólo tiene poder sobre el estacionamiento en los días de partido y/o eventos del club.
Utilizar el “nombre del estadio” como una fuente de ingreso para construir uno nuevo es una opción poco viable para Sinergia Deportiva, debido a que en el convenio firmado con la UANL se contempla el “Naming Rights”, en la cláusula décimo cuarta.
En caso de que Tigres negocie el nombre del estadio actual o nuevo, deberá de entregarle el 75 por ciento de los ingresos por ese concepto a la UANL y Sinergia Deportiva sólo se quedaría con el 25 por ciento, además que el equipo ligado a CEMEX necesita siempre la anuencia de la universidad para cerrar cualquier patrocinio de este tipo.
“Los ingresos anuales que se obtengan una vez formalizado el respectivo instrumento legal que otorgue a un tercero el derecho de los ‘Naming Rights’ del Estadio Universitario de Nuevo León, se distribuirán en los porcentajes siguientes: 75 % (setenta y cinco por ciento) será para la UANL y 25 % (veinticinco por ciento) será para Sinergia Deportiva”, se lee en el documento al que se tuvo acceso.
También en el convenio se especifica que en un nuevo estadio o en la remodelación, se debe de respetar la tenencia de palcos o lugares ya comprometidos en el estadio.
Las cláusulas se pueden modificar de común acuerdo entre todas las partes, por lo que Tigres tendrán que librar varios obstáculos, antes de iniciar la construcción de un nuevo estadio.