El defensa de madre duranguense y padre argentino cuenta cómo vive por el coronavirus mientras se prepara para continuar con su carrera
Con 22 años y un cargamento de ilusiones que ni el coronavirus ha podido derrumbar, el defensor Juan Pablo Monticelli, hijo de madre duranguense y padre argentino, emigró al Orlando B de la USL en diciembre pasado, y cuando apenas intentaba sobresalir en esa escuadra para dar el salto al primer equipo, se presentó la epidemia que actualmente tiene en jaque a la humanidad.
Hoy, aislado en un departamento de Orlando, Florida, expresó Juan Pablo Monticelli: “Esto se ha convertido nada más en entrenar, comer, estar en la bici, para estar en mi mejor versión físicamente. ¿Qué hago cuando no estoy entrenando? Pues te diría que ya nada más estoy esperando a que llegue el tiempo para entrenar… En el tiempo libre intento leer cosas, pero ya nada más pienso en trabajar y trabajar para estar sano y en mi mejor forma física”.
“Aquí todos estamos un poco desesperados; ya van semanas así", señaló.
Sobre la situación que se vive en aquel país, explicó: “Cuando uno necesita salir a la calle, la mayoría de la gente está con guantes, con cubrebocas, cuidándose. En las tiendas cada persona debe guardar dos metros de distancia y cuando uno va entrando, hay personas que te están limpiando el carrito, pues los mantienen muy limpios”.
Acerca de la manera en que trabaja con su club, señaló: “Cada día nos pone las rutinas, tenemos que mandar videos y las capturas de todo lo que estamos haciendo, y una vez a la semana tenemos junta por Zoom, donde nos ponen a analizar partidos nuestros y de otros equipos. En mi caso, a diario hago mi entrenamiento aparte”.
"Al principio pensé que iba a ser fácil jugar futbol, pero no fue así" Monticelli a ESPN
“Intento mantener mi mente ocupada; estoy aquí sin familia, estoy solo, pero tengo desde los 16 años así, entonces podría decir que estoy acostumbrado”, agregó.
El nacido en El Paso, Texas, sostuvo: “Hablo el inglés perfecto; mi mamá vende casas y mi papá tiene su propia empresa; hace cinturones y carteras”.
Sobre sus inicios en el futbol, se adelantó a expresar que “soy el único atleta de la familia y, se puede decir que he picado piedra, buscando oportunidades por todos lados. Al principio pensé que iba a ser fácil jugar futbol, pero no fue así”.
Juan Pablo Monticelli comenzó en las inferiores del FC Dallas, para posteriormente emigrar a México, donde alternó en la Segunda División y en la filial Sub-20 de Tijuana. Luego fue a préstamo al Irapuato y después a Coras Tepic, para emigrar a finales del año pasado a Orlando City, donde la situación del Covid-19 no lo amilana.
“Soy persistente, nunca me rindo; si una puerta se te cierra, hay otra que se abrirá. Cuando juego de central, soy cien por ciento central. Soy muy ‘guerrero’, me tiro de cabeza por el equipo. Creo que la visión que yo tengo, no se encuentra fácil en los centrales, y cuando juego de lateral, soy cien por ciento lateral. Tengo la facilidad de cambiar de una posición a otra”.
Expresó que inicialmente firmó contrato por un año con opción a uno más, con el Orlando B, “pero la idea es tener una oportunidad de sobresalir con la USL y luego tener la posibilidad con el primer equipo”.
“Mi carrera ha pasado por tantas cosas, que esto sólo es un obstáculo más… Sí, como futbolista extraño salir a comer los fines de semana, salir con mis amigos, pero creo que la mayoría del tiempo el futbolista se la pasa con este estilo de vida, encerrado”.
“No puedo bajar los brazos o desanimarme; la mayoría de las personas no están trabajando al ritmo que lo hago yo, así que cuando llegue el momento de regresar, voy a volver con esa ventaja”, concluyó.