ABU DHABI (Enviado Especial) -- Las inmediaciones de estadio Mohammed bin Zayed se asemejaban bastante a cualquier sede habitual de la Selección. Desde temprano, muchísimas camisetas celestes y blancas con la inscripción “Messi 10”. Hinchas de China, Marruecos, India e incluso de Emiratos Árabes Unidos…porque Leo es Mundial.
Más allá de lo que genera enfrentar a un equipo como Argentina, el gran objetivo era ver de cerca a Leo, el ídolo. La estricta seguridad no permitió que los simpatizantes pudieran acercarse al micro. El arribo del micro solo fue presenciado por la prensa. Párrafo aparte para esa llegada: golpeando fuerte las ventanas y cantando, la familia de La Scaloneta volvió a dar una muestra clara de su unidad.
#AHORA - Llegó el plantel de la Selección argentina al estadio para su último amistoso antes de la Copa del Mundo de #Qatar2022. ¿El detalle? Subí el volumen... pic.twitter.com/t5zoDj6Xgq
— SportsCenter (@SC_ESPN) November 16, 2022
Una de las pocas pancartas que se vieron decía “Leo Messi es el inventor del fútbol”, en castellano y en árabe. Y las únicas banderas, de hinchas de Newell’s con la cara de Maradona.
La primera explosión llegó con la salida de los futbolistas a la entrada en calor. Aunque sin un grito homogéneo, el público le demostró todo su amor a La Pulga, que levantó la mano derecha para saludar a la platea que está enfrente de los bancos. Cada vez que se acercaba a una tribuna, una ovación. Cada vez que tocaba la pelota en el “loco”, más afecto.
Se vivió un momento de cierta tensión cuando dos jóvenes irrumpieron simultáneamente en el campo para abrazar al ídolo. La seguridad de la AFA actuó rápidamente y no faltó el reclamo a la organización por el descuido.
Con el arco entre ceja y ceja, Messi clavó dos golazos de tiro libre (con una facilidad) que no deja de asombrar. Un anticipo de lo que iba a pasar entre Emiratos Árabes y Argentina.
No hace falta aclarar quién fue el más vitoreado cuando la voz del estadio anunció los equipos. Obviamente, “number ten, Lionel Messi”. El que también se llevó aplausos fue el DT: “The head coach is Lionel Scaloni”. Otro griterío importante se dio cuando el capitán albiceleste apareció en la pantalla durante el himno y ahora sí el “ME-SSI” sonó más afinado.
Ya con el partido en marcha, en apenas dos minutos Khalifa Al Ammadi le entró fuerte a La Pulga y Rodrigo De Paul no tardó en recriminárselo. “Despacito que se viene el Mundial”, pareció decirle.
El encuentro se rompió rápido con el primer gol y lógicamente Messi tuvo protagonismo: pase profundo de Di María y la generosidad de Leo para servirle el tanto a Julián Álvarez.
Hasta que en el cierre del 1° tiempo llegó el esperado grito de Lionel: recibió de Di María, enganchó para su pierna un poco menos hábil (porque las dos son buenas) y sacó un derechazo cruzado directo al ángulo para el 4-0 de los de Scaloni.
Un minuto después, el goleador histórico de Argentina chocó con Alhasan Saleh y quedó dolorido en el piso. La preocupación no pasó a mayores porque se recuperó rápidamente. Licha Martínez se acercó a consultarle si estaba bien rumbo al vestuario y Leo llevó tranquilidad.
A 15 minutos del final, con el partido “pinchado” producto de tantos cambios y un marcador abultado, surgió la ola, esa costumbre que no pasa de moda, seguido del “Meeeeeeesssi” de toda la tarde-noche.
Contra todos los pronósticos, Messi jugó los 90 minutos para el delirio de las casi 40 mil personas que se acercaron a verlo. Brazos abiertos, ovación final y un amor que trasciende fronteras.