La Selección de Ghana podría este viernes eliminar del Mundial de Qatar a Uruguay, combinado que venció a los africanos en el recordado encuentro por los cuartos de final de Sudáfrica 2010, donde Luis Suárez fue expulsado por salvar un gol con la mano en el minuto 120.
Sólo seis jugadores de estos dos combinados que actualmente están disputando la Copa del Mundo de Qatar estuvieron en Sudáfrica hace doce años: los uruguayos Fernando Muslera, Diego Godín, Martín Cáceres, Edinson Cavani y Suárez, y el ghanés André Ayew.
De todos ellos, únicamente Muslera, Cavani y Suárez jugaron el dos de julio del 2010 en Soccer City (Johannesburgo), ya que Godín y Cáceres estaban lesionados, y Ayew suspendido por acumulación de tarjetas amarillas. Los seis podrán enfrentarse este viernes jugando por la última fecha de la fase de grupos, sabiendo que Uruguay está obligado a ganar si pretende seguir compitiendo en el actual Mundial.
Hace más de doce años, en la primera Copa del Mundo celebrada en África, Ghana se había convertido, en su segunda participación mundialista, en el tercer país de ese continente en clasificar a los octavos de final tras haber vencido en cuartos a Estados Unidos en tiempo suplementario luego de haber quedado segundo en el Grupo D detrás de Alemania y delante de Australia y Serbia.
Por su parte, y luego de estar ausente en Alemania 2006, la Selección Uruguaya volvía a disputar un Mundial, teniendo un gran rendimiento en la primera fase y ganando el Grupo A ante México, el local Sudáfrica y Francia. En octavos, el equipo dirigido por el Maestro Óscar Tabárez derrotó 2-1 a Corea del Sur con doblete de Luis Suárez.
El encuentro por cuartos de final disputado en Johannesburgo significaba para la Celeste la posibilidad de volver a disputar una semifinales luego de cincuenta años, y para Ghana era la oportunidad de convertirse en el primer equipo africano en meterse entre los cuatro mejores del mundo.
Los hinchas locales apoyaban masivamente a Ghana, el único representante de África en esos cuartos de final, y celebraron con euforia el 1-0 de Sulleyman Muntari en los descuentos del primer tiempo. Sin embargo, los sudamericanos pudieron reaccionar rápido y lograron el empate al minuto 10 del complemento con el golazo de tiro libre de Diego Forlán, posteriormente elegido como la figura del certamen.
El partido se fue al alargue, y en la última jugada Ghana tuvo un tiro libre a favor que mandó al área. En uno de los desesperados intentos por sacar el balón, Suárez evitó el gol despejando la pelota con la mano sobre la línea, por lo que el árbitro lo expulsó y cobró penal. Asamoah Gyan remató al travesaño, el encuentro debió definirse por tiros desde el punto penal, y allí Uruguay logró imponerse, confirmando la clasificación el Loco Abreu con su sello característico (picando el balón) para alegría celeste y desazón africana.
La euforia que vivió el pueblo vencedor jamás pudo contrastarse, al menos en Uruguay, con lo que padeció la hinchada ghanesa, en particular los niños, niñas y adolescentes que vieron en Suárez a ese jugador supuestamente tramposo que a centímetros de las semifinales decidió sacar la pelota con la mano.
Porque también es claro que Asamoah Gyan no fue el señalado como el principal responsable de toda esa desgracia deportiva. Porque a lo sumo fue el héroe que no pudo ser, el ídolo vencido, el que no supo qué decir ni qué hacer. Porque para la película desde el punto de vista del fútbol ghanés el protagonista fue uno del bando contrario, aquel que yéndose al vestuario expulsado celebró la no derrota, el penal errado por Gyan.
¿Cuántos ghaneses habrán insultado al uruguayo más que a Gyan? ¿Acaso hubo quienes imaginaron cuánta más felicidad hubiera habido en su niñez o adolescencia si Suárez no hubiera sacado esa pelota? ¿Llegó a haber quienes no pensaron en ser Gyan y hacer el gol, sino que fantasearon con tener a Suárez enfrente y eliminarlo de su última Copa del Mundo?
La haya proyectado o no, esa oportunidad les llegó a esta generación de futbolistas ghaneses, curiosamente comandada desde lo futbolístico por André Ayew, quien se había perdido aquel partido por suspensión, hoy llevando la número 10 que hace doce años utilizaba el ahora ya exfutbolista Stephen Appiah.
Appiah, el golero Richard Kingson, Hans Sarpei, el capitán John Mensah, John Paintsil, Matthew Amoah y Kwadwo Asamoah, quienes disputaron el Mundial de Sudáfrica, ya son jugadores retirados que mirarán el partido de este viernes por televisión acompañados por sus familias, mientras que la mayoría de los que hoy integran el equipo dirigido por Otto Addo también seguían aquel encuentro del 2010 por radio o TV, pero siendo los eufóricos e inquietos niños de sus respectivas hogares.
Por ejemplo, el actual golero titular Lawrence Ati-Zigi apenas tenía catorce años en julio del 2010, el lateral derecho Tariq Lamptey aún no había cumplido los diez, y los zagueros Mohammed Salisu y Gideon Mensah tenían once.
Mohammed Kudus recién celebraría su décimo aniversario un mes después de aquel encuentro ante Uruguay, mientras que curiosamente el defensa Baba Rahman, titular en Qatar ante Portugal y que ingresó en el complemento ante Corea del Sur, cumplía 16 años aquel 2 de julio del 2010.
Ghana luego jugó el Mundial de Brasil 2014 quedando afuera en fase de grupos al caer en la última fecha 2-1 ante Portugal, resultado que también impidió que los lusos avanzaran a octavos de final (por el Grupo G clasificaron Alemania y Estados Unidos). Y para Rusia 2018 no logró clasificarse, por lo que ahora en su cuarto mundial (2006, 2010, 2014 y 2022) podrían volver a decir presente en la instancia de playoffs por tercera vez (en Alemania 2006 quedaron afuera en octavos ante Brasil).
Para ello primero deberán eliminar a Uruguay este viernes, lo que es una motivación por sí misma, pudiendo, en lógica deportiva, tomarse revancha de aquella angustia adolescente, cuando Muslera, Godín, Cáceres, Suárez, Cavani y el resto de los uruguayos celebraban el penal errado de Gyan, las atajadas del propio Muslera y la picadita del Loco Abreu.
Este viernes, los jóvenes ghaneses buscarán que el ‘The Last Dance’ de este grupo de futbolistas uruguayos, que en diciembre dejó de ser dirigido por el Maestro Tabárez y que actualmente con Diego Alonso como DT disputa su cuarto Mundial consecutivo, culmine su historia en las Copas del Mundo siendo eliminados por primera vez en fase de grupos, algo que la Celeste no vive desde el Corea - Japón 2002.