El lujo de los centros comerciales que están cerca de los estadios de la Copa del Mundo se contrapone a lo austero del mall para los trabajadores migrantes, como Doha al Asian Town, como la luz a la oscuridad.
En el Asian Town no hay lujos y sí muchas cámaras. Así es el mall que está en el barrio en el que viven miles de trabajadores migrantes, ocupados en construir y hacer que funcione la Copa del Mundo de Qatar 2022.
A los costados del camino se ven decenas de autobuses empolvados, que sirvieron para trasladar a los trabajadores de los estadios de Qatar 2022 a Asian Town, un barrio en los suburbios de Doha, en el que viven miles de migrantes que prestan/prestaron sus servicios a la Copa del Mundo.
En una visita que hizo ESPN Digital, en la aplicación de taxi marca que aún faltan casi 500 metros para llegar al ‘mall’ del Asian Town, pero el conductor, originario de Pakistán, avisa que será imposible ingresar. Hay una vaya montada por policías, que no permite el acceso a automóviles por ese lado del barrio. Hay que caminar y pasar el primer control de seguridad.
El centro comercial está a un lado de la “Fan Fest de la zona Industrial”, el lugar al que son relegados los trabajadores migrantes durante el desarrollo de la Copa del Mundo. Desde afuera se escuchan algunos acordes de un grupo originario de la India, mientras que en los pasillos se ofrece “fayuca”, como le dicen en México.
Celulares, ropa, aparatos electrónicos, joyas, dulces y un sin fin de cosas, de manufactura asiática, que procede de los mismos lugares que son originarios la mayoría de los que habitan en el “Asian Town”: pakistaníes, ghaneses, indios, chinos, marroquíes y un largo etcétera.
Los 'Lamborghini' o las tiendas de 'Versace' que pululan en el centro de Doha, se extinguen en su periferia. En el Asian Town hay ropa 'Gucci' y 'Nike, pero no son auténticas. La FIFA se olvidó de llevar a vender productos oficiales de la Copa del Mundo a esa zona y hay cientos de playeras de Lionel Messi, el ídolo de la mayoría de los migrantes que les gusta el futbol. Muchos de ellos prefieren el críquet por encima del balompié.
El Asian Town tiene restaurantes para la clase trabajadora de Qatar, con 30 riales (180 pesos) puedes comprar dos platillos de pollo a la barbecue, con bebida, mientras que un platillo en el centro de Doha tiene un precio de alrededor de 50 riales (alrededor de 300 pesos), el más barato.
Los migrantes han sido desplazados a la periferia de Doha, debido a las reglas de urbanización de la zona, “sólo vivienda familiar”, eso provoca que haya una especie de infonavit alrededor del “mall” del Asian Town, que sirve como dormitorios para los trabajadores que durante el día sirven como guardias de seguridad, vendedores o prestan servicios durante la Copa del Mundo.
El lujo de centros comerciales como el 'Villagio', que está cerca de uno de los estadios sede de la Copa del Mundo, se contrapone a lo austero del mall para los trabajadores migrantes, como Doha al Asian Town, como la luz a la oscuridad, el otro Mundial que no se vió.