<
>

México vs Estados Unidos: Aguirre ya tiene tres seguros para 2026

play
El Tri rompió filas con un dilema en la mente para JAvier Aguirre (3:55)

Desde Guadalajara, Mauricio Ymay comparte los pormenores al interior del seleccionado azteca rumbo a la fecha FIFA de Nations League. (3:55)

Chino Huerta, Raúl Jiménez y Edson Álvarez fueron lo mejor en la cancha y pintan como los tres primeros con lugar seguro para el Mundial 2026


LOS ÁNGELES -- El Ying y el Yang. Dos lecturas, dos versiones de un mismo libreto. Aunque, siempre, para la afición mexicana, un #Dousacerou será el mantra de la dicha futbolera. México 2-0 Estados Unidos, y tanto que contar.

Dos lecturas, sí.

1.- Debe ser la mejor exhibición de una selección mexicana en los dos años más recientes, incluyendo, pero por supuesto, el Mundial de Qatar.

2.- No sirve absolutamente de nada vencer a una de las versiones más descompuestas de Estados Unidos, en un proceso que inicia con Mauricio Pochettino. Recuérdese: México es el campeón mundial de los amistosos, y el eterno adolescente del futbol mundial.

Dos lecturas, sí.

1.- Porque México recuperó personalidad, orden, futbol y la mística arrabalera del asalto frenético en busca del balón.

2.- Porque sin algunos de sus mejores hombres, por lesión o por viaje (Pulisic, Reyna, Adams, McKennie, etcétera), Estados Unidos se vio rebasado por el rival, por el escenario, al grado que por momentos, esos aires de bravucones conkakafkianos se tradujeron en trémulos y huidizos jugadores.

En la cosecha, Javier Aguirre y el futbol mexicano descubrieron que los espasmos generosos de Raúl Jiménez en la Liga Premier son una manifestación genuina de resurrección. Marcó de tiro libre un golazo, más allá de un aparente roce del balón por un zaguero estadounidense, y la participación inteligente, vehemente en numerosas acciones, como el gol de Chino Huerta, a pase del atacante del Fulham, recuperando, barriéndose, un balón que él mismo había perdido.

Jiménez envió un mensaje: Germán Berterame, Henry Martín y Santi Giménez, pueden formarse en la fila de espera de la desesperanza.

play
1:02
Javier Aguirre: 'La reconciliación con la afición se da con el tiempo'

El técnico de la Selección Mexicana señaló que el rendimiento es clave para que la afición apoye al equipo, pero también quiere sentirse representada por jugadores que se comprometan en la cancha.

Y El Vasco ya descubrió a su hombre fuerte: Chino Huerta. El jugador de Pumas le confirmó que está para ser su todo terreno. Si hay que pegar, él pega; si hay que asfixiar, él asfixia; si hay que solidarizarse, él se solidariza, y cuando sea necesario hacer futbol, travesuras y goles, él también está listo.

Chino Huerta, junto con Raul, lo mejor en la cancha, al lado de Edson Álvarez, a quien, finalmente, Javier Aguirre le ajustó la tuerca que andaba floja, y se manifestó como el futbolista que regocija cada fin de semana en la Liga Premier, más allá de ese pernicioso y decadente regusto por ganarse una amarilla innecesariamente.

Por lo demás, es regresar al Ying y al Yang, a las dos lecturas, y tras el arrebato emocional y natural que deja ese mantra del #Dousacerou entre la fanaticada, aún quedan jornadas intensas y llegará un sinodal más serio –no mejor, más serio–, que el de la noche del martes: Honduras, en noviembre, con el viaje a Tegucigalpa o San Pedro Sula, y el pago de esa visita en Toluca, donde seguramente, tras la exhibición reconciliatoria en Guadalajara, abarrotará el Nemesio Díez.

¿En qué más evolucionó México? Especialmente en actitud, en personalidad, en compromiso y en dignidad. Y si había que rebanar, se rebanaba: 14 faltas del Tri por siete de EEUU.

Había sido una constante y repugnante postura de estremecimiento, dudas y desconfianza de los jugadores mexicanos ante Estados Unidos, que se manifestó en su punto más álgido, durante la fase podrida de Gerardo Martino, quien nunca entendió que para el Tri ir contra EEUU era algo más que futbol, como lo es para Argentina enfrentar a Inglaterra, a partir de Las Malvinas.

Esta vez, seguramente por toda la parafernalia de la noche, el jugador mexicano se sintió cómodo, nutrido, cobijado, amamantado de y por su raza: estadio lleno, el homenaje a Andrés Guardado y el hecho de filetear pieles estadounidenses, además de dominar el partido de manera abrumadora, poniendo en ridículo, nuevamente, aquello de la posesión, porque México fue inferior (47%), pero agobió con disparos (17 por cinco; 5-1, en tiros a portería), y hubo una comprensión y percepción absoluta del ajedrez.

play
0:37
México le regala a Andrés Guardado el triunfo sobre EEUU

En la despedida y homenaje de la selección mexicana al "Principito", el Tri rompió una sequía de cinco años sin vencer a su archirrival de Concacaf.

Por eso, en la doble lectura, es necesario insistir: el mejor Tri de los últimos dos años, comparable tal vez al que empató –en otro amistoso, claro–, a Alemania con Jaime Lozano, pero ante una selección estadounidense que mostró más los vestigios y estragos tácticos de Greg Berhalter que los primeros adiestramientos de Pochettino.

La victoria, además, implica treguas. Para la #YuntaDeDueños de diciembre, Juan Carlos Rodríguez se puede dar el lujo de evocar la imagen retórica que alguna vez describió Carlos Salvador Bilardo antes de ganar el Mundial de 1986: “voy a caminar por Avenida Corrientes (la emblemática de Buenos Aires), con un traje de tres piezas, corbata, sombrero y zapatos en color blanco, y una camisa roja”.

Así puede ingresar La Bomba a la asamblea de dueños, aunque, de todo lo prometido, hasta el momento, no ha cumplido nada, a dos años de que fue separado de la dirección de TUDN para empezar el proyecto 2026. Así puede desfilar, pomposamente, porque su compadre y amigo, y rescatista en la juventud de ambos, Javier Aguirre, le ganó una tregua hasta la Copa Oro 2025.

Por lo pronto, Javier Aguirre debe estar feliz: antes del partido ante Estados Unidos, tenía 26 camisetas sin nombre para la Copa del Mundo 2026. Después del #Dousacerou, ya tiene tres destinatarios seguros: Raúl Jiménez, Chino Huerta y Edson Álvarez. El resto, aún tiene mucho camino por delante.