Caminar por las calles de Montevideo a esta hora, tomar contacto con el viejo almacenero del barrio o subirse a un ómnibus permite percibir el estado de ánimo de los uruguayos tras las derrotas sufridas por la Selección Celeste con Argentina y Brasil por las Eliminatorias sudamericanas.
El pesimismo ganó la calle. Es la realidad. “Estamos en el horno”, es una frase común. “No clasificamos”, es la siguiente. Y de ahí a buscar responsables es un solo paso. Por estas horas el técnico Oscar Tabárez parece haber caído en desgracia. Todo lo bueno que hizo se olvida y se borra por las duras derrotas contra Argentina y Brasil.
¿Pero qué es lo que realmente preocupa a los uruguayos a seis partidos de definir si clasifican o no al Mundial?
El nerviosismo es generalizado y apunta a varios frentes: la tabla de posiciones, el calendario, el rendimiento del equipo, las decisiones del entrenador y la condición física de las individualidades.
En doce partidos de las Eliminatorias, Uruguay recibió tres duros golpes, los tres de visitante: contra Ecuador en Quito, Argentina en Buenos Aires y Brasil en Manaos.
El temor es que el equipo perdió sin levante y jamás tuvo reacción. Maquilló el resultado ante Ecuador con dos goles de Suárez a siete minutos del final cuando ya había recibido cuatro goles. Y después, brasileños y argentinos pusieron al equipo celeste, rojo de vergüenza.
En los últimos dos partidos la Selección padeció en un rol que era su principal marca: la solidez defensiva. Argentina le marcó tres goles a la celeste y Brasil cuatro. Pero lo peor no fueron los goles sino la cantidad de situaciones que generaron ambos equipos transformando al golero Fernando Muslera en figura.
Esto va de la mano con la tabla de posiciones. Uruguay tenía saldo a favor en materia de goles. Hoy perdió el cuarto lugar, a manos de Colombia, justamente por diferencia de goles. Los colombianos tienen saldo cero y los uruguayos menos tres.
Esto determinó que la Selección saliera de zona de clasificación directa y en este momento debería dirimir el cupo mundialista en el Repechaje, algo que ya ocurrió para Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Otro de los temores que invaden a los uruguayos es lo que viene por delante. El cambio de calendario generó complicaciones. Ahora se vuelve a las dobles jornadas. Pero la realidad indica que a Uruguay lo esperan tres juegos donde definirá gran parte de su futuro. Primero con Argentina de local y luego deberá visitar a Bolivia y Paraguay.
El último antecedente contra los argentinos genera pesimismo. Es la realidad. Subir a la altura de La Paz es todo un problema para los uruguayos, aunque justo es reconocer que en los últimos partidos se rompió la estadística. El tema es que Bolivia revivió. Justo ahora. Y el año 2022 se inicia con una visita a Asunción donde espera Paraguay.
Desde el punto de vista futbolístico, el equipo también siembra más dudas que certezas. Los uruguayos ven que aquellos que sacaban la cara en momentos críticos están lejos de su nivel. Los años pasan para todos.
En estas últimas fechas el equipo tomó un gol y se derrumbó. A la gente le quedó en la retina la primera media hora de los partidos con Colombia y Argentina donde los goleros de ambas selecciones evitaron claras situaciones de gol de los celestes. No hubo un solo uruguayo que no reconociera lo bien que jugó el equipo en el primer tiempo contra los colombianos. El tema es que no se mantuvo la intensidad.
Así las cosas, la temperatura ambiente no es la más adecuada. En las calles gobierna el pesimismo y la pregunta que recorre al país es: ¿vamos al Mundial? Tabárez y los jugadores deberán brindar la respuesta.