Diego "Ruso" Pérez, emblemático exfutbolista de Uruguay y actual asistente técnico de la Selección Sub 20 que se apronta para jugar el Sudamericano juvenil, habló en AUF TV sobre lo que significa defender a la Celeste y de las diferencias que encuentra con las formativas del fútbol italiano.
Sobre su presente cargo de Asistente Técnico del cuerpo técnico que encabeza Marcelo Broli, Pérez dijo que "yo no esperaba llegar este año a Uruguay, por motivos familiares me encuentro en el país, se dio que vine acá y por intermedio de Giordano se me contacta para formar parte del Cuerpo Técnico de la Sub 20 y como sabía quienes lo integraban acepté".
Agregó que "llegué al Complejo Celeste y es como si nunca me hubiese ido. La elección de venir a Uruguay y que me den la posibilidad de trabajar con los jóvenes haciendo un trabajo similar al que estaba haciendo hacía 12 años en Bologna fue algo muy lindo".
Sobre sus primeros meses de labor en tierras Charrúas, 'el Ruso' dijo que "vengo de Italia y el balance es difícil porque son dos culturas muy diferentes, dos formas de trabajar muy diferentes, pero encontré cosas muy positivas no solo en los jugadores que quedaron en el grupo, sino también en los que quedaron afuera. Lo que veo más que nada es una evolución desde que comenzamos a trabajar hasta ahora, eso me deja contento, el hecho de haber dejado mi granito de arena en este cuerpo técnico".
Comparando lo que ha visto durante todos sus años de experiencia en Italia y lo que ve hoy en Uruguay, Diego Pérez analiza y expresa: "Yo soy muy observador y vengo de una cultura muy diferente. En Italia toda la parte táctica la tienen muy arraigada y la trabajan mucho desde chiquitos, por ahí lo que les falta a los italianos es hambre, que es lo que tenemos acá desde que nacemos, las ganas de llegar, de progresar en el fútbol y en la vida, que es lo que me gusta a mí. Por eso me gusta mucho trabajar acá".
Al respecto, amplió el concepto y aseguró que "sí, hay diferencias con el fútbol europeo que se pueden trabajar y se pueden corregir, pero con el tiempo. Con corazón ya no se gana más, se gana con muchas cosas, pero vi muchas ganas y mucha ilusión en los muchachos por vestir la camiseta celeste"
'El Ruso' también se refirió al rol que cumple hoy dentro del Cuerpo Técnico de la Sub 20 de Uruguay: "Siempre me hablaron bien de Marcelo Broli como persona, y a partir de ahí ya hay una conexión, después él me lo demostró día a día dándome su confianza. Me he sentido libre en mi labor. Un ayudante de campo puede hacer muchas cosas, pero la principal dificultad está en que este equipo técnico se formó sobre la marcha, entonces tenemos que ir tapando agujeros, ver que función se puede hacer según lo que se requiera. Pero Broli siempre me dio libertad para trabajar y para expresarme".
Sobre lo que significa para él volver al Complejo Celeste, donde pasó gran parte de su carrera como futbolista, Pérez contó que "me reencontré con personas que están acá desde que yo era jugador. Verlos de vuelta y ver la pasión que tienen por cuidar este complejo a mi me basta, el empeño por tener todas las canchas en perfecto estado, esto para mí es un templo, es entrar al lugar en el que yo crecí, el lugar que me formó como persona, como jugador y que me ayudó a lograr títulos. Yo acá me siento como en casa".
Consultado por la imagen que él transmite como símbolo de la "Garra Charrúa", el Ruso Pérez contó que "yo creo no es menor porque la historia nuestra lo dice, pero hay que ver desde cuando se trabaja eso. Eso se va transmitiendo generación a generación, es un dote que podemos tener por historia, pero hoy con eso ya no se gana. Lo vimos en el Mundial, donde veías la zona media de Uruguay y veías jugadores muy superiores a los que jugábamos en Sudáfrica 2010. El fútbol evolucionó y para mí, los jugadores que nos representaron en Qatar 2022 son superiores a los que jugábamos en aquel entonces"
El ex volante también habló sobre las dificultades que ha tenido en su llegada para poder transmitirle sus conocimientos y sensaciones a los jugadores: "Me costó conectarme con ellos. Cuando llegué no me miraban, agachaban la cabeza, me respetaban, por eso primero tuve que ganarme la confianza de cada uno para poder generar ese vínculo y a partir de ahí tratar de transmitirles cosas".