MÉXICO - El fútbol es un mundo aparte. La transferencia de Philippe Coutinho al Barcelona por 160 millones de euros muestra la diferencia financiera practicada en el deporte en la actualidad. Pero el propio fútbol antes presentaba valores más modestos y que son contrapuestos al gasto en los días actuales.
Johan Cruyff era el mejor jugador del mundo por segunda vez y estaba por cambiar de aires. El holandés dejaba el Ajax tras 10 años y desembarcaba en España para firmar con el Barcelona. En la época, los catalanes desembolsaron una de las mayores cantidades ya pagadas en una transferencia: 100 millones de pesetas (moneda española en aquel período).
Si fuera traído a los días de hoy, el club habría pagado una verdadera fortuna para adquirir el crack. El índice de precios de consumo (IPC) aumentó entre 1973 y actualmente en el 1,535.42 %, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, el gran importe en 1973 representaría "sólo" 9,8 millones de euros. El valor es inferior, por ejemplo, al pagado por el Sevilla, por Guillermo Arana (11 millones de euros).
El estudio no toma en cuenta la inflación exclusiva del futbol, la cual se fue al cielo en los últimos años como lo demuestra el fichaje de Neymar por el PSG y los clubes de la Premier League, que con sus recursos por los derechos de televisión pueden fichar casi a cualquier jugador en cualquier parte del mundo.
Otro caso es el de Denílson. El atacante salió de Sao Paulo por 31,8 millones de euros pagados por el Betis, que lo convirtieron en el jugador más caro de la historia. Hoy, este valor estaría en cerca de los 50 millones de euros, por debajo de lo que el Arsenal usó para sacar a Alexandre Lacazzete del Lyon (53 millones de euros).
A pesar de los valores corregidos, hay que considerar también el cambio de los propios clubes en el mercado. Hasta la década de 1990, muchos equipos no podían adquirir muchos extranjeros y tenían un valor mucho menor de recaudación. La profesionalización y el poder de captación de dinero hoy potencian el cofre de cada equipo, y consecuentemente, aumenta los valores gastados en jugadores.