Los 12 clubes rebeldes que planean formar una Superliga Europea (ESL por sus siglas en inglés) están "listos para el diálogo" con las ligas nacionales y la UEFA, dijeron fuentes a ESPN.
Con la hostilidad generalizada y la oposición a la propuesta de ESL anunciada el domingo desde dentro del futbol y también de líderes políticos como el primer ministro británico Boris Johnson y el presidente francés Emmanuel Macron, las principales figuras dentro de la cábala separatista aceptan que hay una necesidad de conversaciones de alto nivel para establecer sus planes.
El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, calificó al grupo como una "docena sucia" durante una explosiva rueda de prensa el lunes en la que también dijo que las propuestas, en las que participaron Real Madrid, Liverpool, Manchester United y otros, eran un "escupitajo en la cara de los amantes del fútbol".
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, presidente del grupo ESL, respondió diciendo que el fútbol debe "cambiar y adaptarse", al tiempo que desestimó la amenaza de Ceferin de que los clubes rebeldes sean prohibidos de las competiciones de la UEFA.
El martes se celebró una reunión de los 14 clubes de la Premier League que no participan en las propuestas - Liverpool, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal y Tottenham están suscritos al plan ESL - en un esfuerzo por acordar una estrategia para combatir la iniciativa.
Pero como la ira hacia el plan separatista sigue siendo intensa, como lo confirman los aficionados quemando una camiseta del Liverpool antes del partido del lunes contra el Leeds United en Elland Road, las figuras clave de ESL creen que las conversaciones pueden reducir la temperatura y conducir a una mayor comprensión de las propuestas.
Bajo el plan ESL, se haría un pago anual de solidaridad de 160 millones de euros a los clubes de la Premier League para garantizar que el dinero generado por la nueva competencia se filtre al futbol nacional.
Los líderes de ESL están decididos a explicar su visión de permanecer en las ligas nacionales mientras juegan solo a mitad de semana en una Superliga.
Sin embargo, la oposición a las propuestas sigue siendo fuerte, con las ligas y asociaciones nacionales unidas en su determinación de bloquear de todos modos la competencia separatista.