El fútbol peruano tiene un goleador ecuatoriano: Marlon de Jesús, que actualmente lleva 10 goles anotados en la temporada para Binacional y es la gran figura del equipo que lucha por mantener la categoría.
“Me demoró un poquito, estuve uno o dos meses adaptándome, porque la adaptación es parte de cada uno y del fútbol, y después comencé a marcar goles”, contó de Jesús sobre su gran presente en Perú y agregó: “Yo me motivo porque siempre termino el año al 100% de mi nivel. Poco a poco me estoy recuperando, y espero que ahora que tengo 30 años pueda tener unos 5 o 6 años siendo los más altos y cuidándome mucho como lo estoy haciendo ahora para no tener esas lesiones que me atrasaron muchísimo en el fútbol”.
Hoy, El Nacional no pudo ascender, De Jesus fue parte del último descenso y lo sufrió, aunque no se arrepiente de haber vuelto para jugar allí el año pasado.
-¿Cómo ves la decisión que tomaste de haber jugado en El Nacional?
-Estábamos en enero de 2020 y no podía volver a las ligas asiáticas, entonces me llamó la presidenta del club y hablamos, me contó el proyecto y dije: 'voy a aceptar, voy a recuperar mi nivel, voy a buscar estabilidad para que me lleguen nuevamente ofertas y recuperar mi nivel'. Además, en Ecuador soy hincha de El Nacional. Llegué allí con 13 años, iba cantaba con los hinchas... a los 15 años ya jugaba con el plantel profesional con las figuras que eran mis ídolos de más chico. Disfrutaba cuando estaba en la banca de verlos jugar y me enamoré del equipo y soy hincha a morir y siempre estoy preocupado.
-¿Cómo viviste el descenso del equipo siendo hincha y jugador?
-Fue uno de los años más sufridos de mi carrera. Creo que ese año pasó de todo. Financieramente, el grupo que no era unido, no nos pagaron meses, tuvimos una racha con muchísimos partidos perdidos, no lograba tomar confianza para meter goles, no encontraba ritmo de juego, jugaba pocos minutos, cuando pude coger ritmo fue cuando hice 6 goles en un mes y medio… Cuando descendimos, no encuentro palabras para describirte el dolor que yo sentí en ese momento, me salían las lágrimas por todo el año que habíamos pasado. Pero tuvimos un año que fue muy malo en varios aspectos. Tenía compañeros que cenaban arroz con huevo, que no desayunaban porque no cobraban. Fuimos muy maltratados. El equipo estaba con una racha muy buena y cuando nosotros no peleamos con la dirigencia y nos dedicamos a jugar los últimos partidos fue cuando empezamos a ganar. Pero después la dirigencia no pagó una deuda antes de un partido muy importante (ante Guayaquil City) que si ganábamos teníamos más chances de quedarnos en primera división, pero no sucedió eso...
-¿Te gustaría volver si ascienden o lo dejas para más adelante?
-Mi ciclo con El Nacional lo cerré. Mi palabra vale más que cualquier cosa. No voy a volver a Emelec, no voy a volver a El Nacional, porque siento que mi ciclo ha terminado. Voy a quedar como hincha para toda la vida.
-¿Qué extrañas de Ecuador?
-Siempre a mis papás. Mi mamá, mi papá que es una persona que ha luchado muchísimo y yo estoy lejos de ellos. Me gusta jugar fuera porque siento que en Ecuador hay muchas críticas destructivas, no constructivas y dicen cosas feas. Y en otros lados te motivan y te hacen jugar mejor, pero ahí me lamento porque pierdo oportunidades de estar con mi viejo, con mi mamá, y es lo que más extraño. Después la comida, yo me la arreglo en cualquier parte.
-¿Cómo ves a la Selección de Alfaro?
-Me da gusto cuando los veo jugar. Me da emoción. Es un equipo que está dinámico, rápido, joven. Capaz le está pasando factura esa juventud, donde necesitan apoyarse en 2 o 3 más maduros que cuando las cosas estén difíciles encargarles a ellos esa responsabilidad y los jóvenes liberarse de eso; y ahí cuando los jóvenes se liberen de la presión comenzarán a jugar tranquilos, normales, y eso es lo que le falta a veces. Tener un equipo mixto entre juventud y experiencia. Igual lo vienen haciendo muy bien, tienen que mantenerse y van a conseguir llegar al Mundial.
-¿Sientes que tienes chances de un llamado de Alfaro?
-Pienso que mientras marque goles y esté bien preparado, física y futbolísticamente, siempre tenes la ilusión de ser convocado. Uno se prepara para eso y se ilusiona con ese llamado. Y si no se da hay que seguir trabajando con la ilusión de que en cualquier momento se pueda dar.