“Con la Selección vos no tenés un contrato, no es un club. Yo no dejo la Selección, no hago una conferencia. Mientras mi país me necesite y el técnico que esté de turno me quiera citar, no voy a decir que no, pero ahora lo mejor es citar gente joven”. Las palabras de Diego Godín son claras. Jamás le va decir que no a la Selección de Uruguay, pero entiende, por razones lógicas de edad, que lo más adecuado es que el nuevo entrenador proyecte un cambio generacional y no lo convoquen.
El capitán de Uruguay en el Mundial de Qatar 2022 habló en el programa Derechos Exclusivos de Radio Uruguay sobre su vínculo con la Selección: “El sentimiento de la Selección y lo que se ha logrado ganar en todos estos años es sentido de pertenencia, es ese sentimiento de jugar por amor a la camiseta de verdad. Amo jugar por la Selección. Yo no dejo la Selección, no hago una conferencia, mientras mi país me necesite y el técnico que esté de turno me quiera citar, no voy a decir que no. Pero estoy en una realidad deportiva y la Selección está en un momento bisagra de proyectar Copa América y Mundial, y es el momento de decir que lo mejor es no ir”.
Godín agregó: “Que haya un cambio generacional es lo más sano y lo mejor. Ahora, si el técnico de turno no tiene jugadores, estoy jugando, y cree que puedo ser útil y me llama, por supuesto que voy a ir. Va un poco por ahí. Pero la realidad es que terminó una etapa y terminó mi etapa en la Selección. Creo que es claro. Ahora lo mejor es citar gente joven”.
El capitán de la Celeste dijo que, como pasó con sus antecesores, toma con naturalidad el recambio generacional. “En los últimos años ha sido muy natural, se ha dado muy bien, ningún jugador de los que pasaron antes se aleja de la Selección, todos estamos en contacto, no dejamos de ser nunca jugadores de la Selección, pero una cosa es estar cerca y otra ser convocado para jugar. Por un tema de edad y hasta deportivo, estoy en otra etapa de mi carrera y soy realista. Hay que empezar a planificar para el Mundial 2026, y yo no voy a llegar. Proyectando ese Mundial, es el momento de un recambio”.
LA SANCIÓN DE LA FIFA
El zaguero de Vélez Sarsfield fue suspendido con un partido por los incidentes que se generaron al finalizar el partido con Ghana en el Mundial de Qatar. Godín reconoció que se equivocaron al reaccionar y en consecuencia, la sanción estuvo bien aplicada.
“La sanción la tomé con naturalidad y sinceramente les dije a los abogados que estaba tranquilo porque le hablé en español al árbitro, no le falté el respeto con malas palabras. Yo lo quería agarrar, y es verdad que lo agarro del brazo, pero mi principal preocupación era por los casos de Edi (Cavani) y Josema (Giménez) porque se hablaba de penas más duras”, dijo el defensa.
Godín agregó: “Si algo aprendí, y fue la bandera del proceso, fue el comportamiento. En eso el Maestro (Tabárez) no transaba. Esa fue nuestra bandera, la tenemos que llevar e intentar mantenerla. En ese momento me sentí frustrado, caliente, pero lo bueno es tener autocrítica, pedir disculpas, pedir perdón, y aceptar la sanción que nos aplicaron que es justa”.
ORGULLO DE LA SUB 20
El capitán de Uruguay dedicó unos minutos de la nota para hablar de la Selección juvenil Sub 20 de Uruguay que clasificó al Mundial y que va por ganar el Sudamericano.
Es un orgullo ver jugar a los botijas de la Sub 20. Como meten, como disfrutan, como lo viven. Yo me siento parte, siento que soy parte de eso porque es parte de lo que hemos construido y de lo que construyó el maestro. Es el legado del que todos hablan. Hay que disfrutar de la Sub 20”.
LA LESIÓN
Godín habló también sobre la tendinitis que le ha impedido jugar con normalidad: “Estoy mejor, es una lesión crónica que la vengo arrastrando hace un año y pico, y venía de un proceso jodido, degenerativo, donde todo lo que intentaba hacer para mejorar no daba resultados”.
El defensa contó que llegó a defender a la Selección conviviendo con el dolor y reveló un dato del único partido de las Eliminatorias que se perdió: “Me perdí el partido con Ecuador en el Campeón del Siglo. Resulta que antes del partido estábamos cenando y en la práctica tenía un dolor que no aguantaba. Fui a hablar con el doctor Pan y le dije, vamos a hablar con el Maestro porque no puedo jugar por el dolor. Me costaba, porque temía que el maestro interpretara que yo dejaba al equipo tirado, pero me entendió. La fui manejando así, pero nada me dio resultado. La clave era que no había parado. Yo venía en picada y cuando paré pude revertir esa tendinitis y encontré el camino para controlarla”.