El 'Vasco' pone en práctica con Ochoa la norma que aprendió en primera persona con Bora Milutinovic.
En 1984, Bora Mulitinovic le dijo a Javier Aguirre que no lo iba a llamar a la Selección Mexicana si no conseguía equipo. Ahora es el 'Vasco' el que aplica esa regla de la ‘vieja escuela' a Guillermo Ochoa, jugador que sin club pierde la posibilidad de representar a México.
“Realmente lo de las seis copas yo no regalo nada, si viene aquí es porque ha estado haciendo bien las cosas, porque ha estado con nosotros, porque nos ayuda, porque lleva un rol bastante importante en el vestidor y de momento no tiene equipo”, dijo Javier Aguirre, cuando se le preguntó sobre la ausencia de Guillermo Ochoa.
Javier Aguirre sigue los cánones de sus viejos entrenadores, desde Rinus Michels, con el que coincidió en Aztecas de Los Ángeles, hasta Bora Mulitinovic, que lo llevó a la Copa del Mundo de 1986, y Miguel Mejía Barón, que lo sacó del futbol para llevarlo al banquillo de la Selección Mexicana.
En esa época, Aguirre había salido del América, a pesar de ser campeón y anotar gol en la 'Final del Siglo', contra Chivas. Negoció con Tigres y se fue al Atlante, ahí cumplió la regla de Bora Mulitinovic, para después emigrar a España, con el Osasuna, y regresar en 1987 a la Chivas, después de jugar la Copa del Mundo 1986.
¿Por qué Ochoa no es convocado a Selección Mexicana?
Bajo esa política, Javier Aguirre trata a Guillermo Ochoa, el arquero que busca jugar seis Copas del Mundo, pero no tiene equipo. El entrenador mexicano lo ha puesto claro desde su tercer regreso a la Selección Mexicana: “jugadores mexicanos y con equipos son elegibles”, el segundo requisito es el que no cumple el portero de 40 años.
Ochoa sigue deshojando la margarita, esperando una oferta que le permita seguir en activo, pero en Europa. Le quedan 10 meses para firmar con un club y demostrar que puede ganarse un lugar para la Copa del Mundo 2026. Por ahora el 'Vasco' ya le aplica la política de la 'vieja escuela’, la que le enseñaron Bora y Mejía Barón, la de no regalar nada.