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De "pin... gringo" a "the mexican", David Ochoa, el portero que quiere hablar de la depresión

El bullying del que fue víctima David Ochoa y un caso cercano de depresión impulsan al portero mexicoamericano a hablar del tema

La historia de David Ochoa tiene muchos matices. Si se pensó que todo era blanco y negro, se equivocaron, pues el portero mexicano, pero también estadounidense, sufrió en carne propia una depresión por no ser ni de ‘aquí’, ni de ‘allá’, situación por la que busca visibilizar el tema y hablar de ello para ayudar a los demás.

Con sinceridad, el juvenil de 20 años, quien recientemente eligió jugar para México sobre Estados Unidos, narró cómo fue el crecer en la Academia de Chivas, donde de “pin... gringo” no lo bajaron, pero también contó cómo fue estar al norte de la frontera y ser “the mexican”, pese a nacer en California.

"Era muy duro estar con los niños mexicanos en Chivas. Tenía pasaporte mexicano, parecía mexicano, pero como había venido de los Estados Unidos, yo siempre era el gringo. Para ellos, era el niño americano malcriado que tenía todo a disposición. En cada entrenamiento me molestaban con todo tipo de comentarios sobre lo fácil que era mi vida en Oxnard. Y cada vez que me equivocaba en alguna palabra --porque mi español no era tan bueno como el de ellos-- me lo echaban en cara: ¡Pin... gringo!”, dijo David Ochoa a The Players Tribune.

“Pues sí, yo lo odiaba. Lo odiaba muchísimo. Odiaba ser siempre el diferente. En Estados Unidos, yo era “The Mexican”. En México era “El gringo”,” agregó.

Debido a esto, y sin amigos dentro del futbol mientras creció, se sumió en una depresión a la que no supo ponerle nombre ni reconocer hasta que conoció a su Ángel de la Guarda, uno que se le fue muy pronto.

Al aterrizar en la Academia del Real Salt Lake de la MLS, conoció a Des McAleenan, entrenador de porteros del club, quien le regresó el ánimo de jugar y de pelear por sus metas y sueños; sin embargo, Des se suicidó a los 53 años producto de la depresión.

"Su muerte me hizo cuestionar absolutamente todo. Descubrí que también Des había estado luchando con la depresión. Fue todo un shock, porque parecía el tipo más animado y feliz, siempre sonriente, siempre trabajando. Pero nadie lo supo hasta que fue demasiado tarde. Dios sabe que sólo desearía haber podido ayudarlo tanto como lo que él me ayudó a mí”.

“Empecé a analizar mi pasado y a reconocer que, sí, yo también había estado con depresión. Es raro, porque cuando juegas futbol, es como si estuvieras en piloto automático, pero de pronto han pasado dos años. Pero ahora podía ver bien los síntomas. Había estado sufriendo, pero no había terminado de entender lo que me estaba ocurriendo”.

Ante esto, David Ochoa quiere ser un ejemplo para los jóvenes mexicoamericanos que sufren y atraviesan situaciones similares. Quiere ser punta de lanza para demostrar que los sueños se cumplen e inspirar a las nuevas generaciones, además de hacer conciencia que la depresión es algo serio y que buscar ayuda no está mal.