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Rodrigo Bentancur, el joven que juega con la Celeste en el alma y el número 30 en el corazón

El número de su camiseta no es cábala. Tampoco hace referencia a la fecha de su debut. El 30 que carga Rodrigo en su espalda es mucho más significativo. Habla del corazón. Es un homenaje a su mamá. Mary falleció cuando Rodrigo Bentancur tenía 4 años. Ni siquiera lo pudo ver cuando portó con orgullo una de las banderas nacionales en la escuela 10 Elías Huber, esa que queda frente al club donde todo comenzó: Artesano de Nueva Helvecia.

La vida de los Bentancur sufrió un vuelco cuando los papás de Rodrigo se separaron. Lolo, como lo conocen en la ciudad, se fue a vivir a Cardona junto con su mamá y su hermano Damián. Pero el fallecimiento de su mamá determinó que los chicos volvieran a Nueva Helvecia para vivir con su padre Roberto y su pareja Cecilia Agradi, una mujer que crió a los niños como si fueran sus propios hijos.

Los Bentancur vivían en una casa al fondo de la Escuela Superior de Lechería. Todo campo, una cancha de fútbol y aire puro. Para que tengan una idea, Rodrigo tomaba leche al pie de la vaca. Allí jugaba todo el día a la pelota y sobre todo con los mayores.

El futuro del niño estaba escrito. Su padre había sido jugador y técnico del club Artesano, por lo que los primeros pasos los brindó en el cuadro del baby del club que se llama Lucerna.

En el referido equipo padeció los primeros problemas. Rodrigo era físicamente más alto que el resto de los niños de su categoría y los padres de los equipos rivales tiraban la bronca diciendo que el chiquilín era mayor.

“Fue increíble haber tenido la posibilidad de salir de un club como Lucerna y después pasar a la cancha grande de Artesano. Cuando me iban a ver los papás de los rivales siempre me pedían la cédula porque al ser tan alto no creían que tuviera la misma edad que sus hijos”, reveló Lolo en entrevista con la página oficial de su nuevo club, Tottenham Hotspur.

En el año 2010, Rodrigo viajó con los compañeros de su categoría a Sudáfrica para disputar el Mundialito Danone, un torneo de niños que organizaba la referida empresa.

A su regreso, el técnico de las juveniles de Artesano, Carlos Mederos, lo empezó a llamar para entrenar con los chicos de 15 años.

LA PRUEBA EN BOCA

Una mañana de sábado, el profesor Horacio Anselmi, un hombre de reconocida trayectoria en Boca Juniors llegó a la cancha de Artesano para realizar tareas de campo en el marco de un curso.

Anselmi pidió a los técnicos del club local si podían llamar a tres juveniles para realizar las tareas. Y entre los tres elegidos estaba el Lolo Bentancur.

Cuando terminó la tarea, Anselmi se acercó a los presentes y les dijo: “Este chico es un diamante en bruto”.

A los pocos días, Rodrigo era invitado a realizar una prueba en Boca Juniors. Tenía apenas 13 años. No volvió más. El adolescente pasó de la tranquilidad de Nueva Helvecia a la locura de Buenos Aires y a aprender a convivir, desde chico, con las presiones del mundo Boca.

Los fines de semana que tenía libre, Lolo aprovechaba para cruzar el Río de la Plata y refugiarse en su Colonia natal. Cierta vez, Artesano jugaba una semifinal contra su clásico rival, Nacional, en la categoría sub-14.

Rodrigo llegó a la cancha y pidió para jugar. “Vos estás loco, en Boca nos matan, no podés jugar”, le dijeron. Pero Rodrigo quería defender a su cuadro y respondió: “Yo no tengo el pase todavía, yo soy jugador de Artesano”. Pero no pudo jugar porque los dirigentes se habían olvidado de incluirlo en la lista.

El año 2015 lo marcó. Lolo debutó en el primer equipo de Boca Juniors en los torneos de verano. Pocos meses después, jugó su primer partido oficial. Ocurrió el 9 de abril de 2015, cuando Boca enfrentó a Wanderers de Uruguay por la CONMEBOL Libertadores. Bentancur ingresó en sustitución de Nicolás Lodeiro.

Su pasaje por el primer equipo de Boca se limitó a tres temporadas en las que dejó su huella y el recuerdo como un volante exquisito.

JUGADOR DE SELECCIÓN

A partir del año 2016, Bentancur pasó a ser jugador de la Selección. Fabián Coito lo citó para entrenar con la Sub-20 que inició su preparación para el Campeonato Sudamericano.

Luego de muchos años de sequía a nivel juvenil, aquella Selección, en la que Rodrigo fue titular, conquistó el torneo disputado en Ecuador.

El volante fue citado para el Mundial juvenil, en el que la celeste terminó en el cuarto puesto.

Su historia con Uruguay la completó en 2017 cuando el técnico Óscar Tabárez lo incluyó en la lista de convocados para la doble fecha de Eliminatorias contra Venezuela y Bolivia.

Bentancur debutó con la Selección el 5 de octubre de 2017, fue en el Polideportivo de Pueblo Nuevo, frente a Venezuela.

A su regreso jugó contra Bolivia. No lo olvida. “Pah, la verdad que fue impresionante escuchar a todo el Estadio cantando el himno, se me puso la piel de gallina. Fue increíble. Me puse a pensar todo lo que laburaron mis viejos para darme todo, lo que pasé de chico, se me vino a la cabeza toda la familia, lo que lucharon para que yo logre el sueño”, expresó.

De ahí en más pasó a estar en todas las convocatorias, incluida la del Mundial de Rusia 2018, donde jugó los cinco partidos de la Celeste.

A esa altura ya era jugador de la Juventus de Italia, club que lo compró en el marco de un acuerdo que existía con Boca Juniors por el pase de Carlos Tevez.

Con la Juve, donde fue compañero de Cristiano Ronaldo, ganó tres títulos de la Serie A, además de la Coppa y la Supercopa italiana.

El 31 de enero de 2022 fue traspasado al Tottenham Hotspur de Inglaterra, firmando contrato hasta junio de 2026.

Hoy, con 25 años y con otra madurez, Rodrigo jugará su segundo Mundial en Qatar 2022. El chico, pese a haber jugado en Italia e Inglaterra, no pierde su esencia. Cada vez que tiene vacaciones regresa al pago. Pasa por la escuela a buscar a sus hermanitas y se toma unos mates en la cantina de Artesano.