SAN DIEGO - Cuando se intenta lidiar con la frustración de una décima derrota consecutiva este año -y la número 16 en fila remontándonos a la temporada pasada--, Charles Woodson, esquinero de los Oakland Raiders, usó un método peculiar.
"¿Alguna vez vieron la película 'The Five Heartbeats'? Hay una canción en específico que aplica", dijo Woodson, antes de comenzar a cantar el coro de "Nights like this".
Quién lo hubiera dicho. Woodson todavía tiene humor ante esta situación.
"Vaya, es complicado", dijo luego que los Raiders perdieran 13-6 ante los Chargers el domingo. "Ha pasado mucho tiempo desde que este equipo ganó por última vez. Lo sentimos. Intentamos mantener una actitud positiva, seguir sonriendo, evitar el llanto. Es la naturaleza de este negocio. Así pasa. No somos el primer equipo que pasa por esto. Encontraremos una forma para salir de esto y encontrar lo positivo a esta temporada".
Un recorrido por el vestuario de los Raiders luego de otra derrota -reñida, pero derrota al fin--, ofrece vistazos de frustración, pero no de desánimo, en gran parte porque pueden verse a los ojos y afirmar honestamente que han dado su máximo esfuerzo.
Pero el esfuerzo por sí solo no gana partidos. La ejecución sí. Y los Raiders no han podido ejecutar de forma consistente a gran nivel. Contra los Chargers, comenzó en la primera jugada ofensiva del juego, cuando el balón fue centrado en formación escopeta antes de que el quarterback Derek Carr estuviera listo. Eso derivó en un balón suelto que los Chargers convirtieron en un touchdown dos jugadas después.
Y las cosas no mejoraron para la ofensiva de Oakland. Se fueron 3 de 15 en tercer down, y ganaron solamente 156 yardas netas luego de tres cuartos y medio. De sus 13 posesiones, nueve concluyeron con cuatro jugadas o menos. Solamente tres llegaron a territorio de San Diego.
En general, la ofensiva de Oakland ha sido contenida a 14 puntos o menos en cada uno de sus últimos tres juegos, y su juego terrestre sigue siendo el peor de la liga, aunque Latavius Murray, corredor de segundo año, mostró algunos destellos prometedores, con acarreos consecutivos de 14 y 23 yardas en el tercer cuarto.
Lo más sencillo era culpar al juego terrestre casi invisible de los Raiders y a los problemas del novato Carr. Pero los defensivos de Oakland han optado por colocar la culpa sobre sus hombros.
"Defensivamente, tenemos que encontrar una forma para que nuestra ofensiva salga de nuestras propias diagonales", dijo el ala defensiva Justin Tuck en referencia a las primeras siete posesiones ofensivas dentro de su propia yarda 20. "No permitimos muchos puntos, pero tampoco le dimos a la ofensiva una buena posición en el campo. Los Chargers sí lo hicieron y consiguieron siete puntos. Eso marcó la diferencia en el partido".
Si algo puede servir de consuelo para los Raiders, es que nadie parece haber realizado planes de vacaciones anticipadamente. Hay mucho orgullo el que hay con esta escasez de victorias, incluso pese a que los encendidos Kansas City Chiefs viajarán a Oakland el jueves por la noche.
"Me siento mal por cada integrante de este equipo, sobre todo cuando ves cómo se entregan, cómo pelean", dijo el ala defensiva Antonio Smith.
Y Justin Tuck respalda esa opinión.
"Me encanta que este equipo trabaja todos los días y mantiene el espíritu en alto pese a que todo a su alrededor parece colapsarse. Seguimos peleando y tarde o temprano, saldremos adelante".