MÉXICO -- A veces, uno simplemente tiene que ver el partido para creer lo que sucedió.
La visita de los Denver Broncos a los Kansas City Chiefs de la Semana 2 de la temporada del 2015 no será recordada como uno de los partidos memorables en la historia de la liga --ni siquiera creo que vaya a ser uno de los mejores choques de la jornada--, pero sí sucedieron cosas que rayan en lo increíble.
Los Chiefs se pusieron arriba con dos touchdown en el segundo cuarto, sólo para convertirse en cómplices de los Broncos a lo largo del resto de la noche.
Un balón suelto de Jamaal Charles acabó con una prometedora serie inicial para los Chiefs, e irónicamente, también acabó definitivamente con cualquier esperanza de que Kansas City terminara con el triunfo. Después del segundo pase de touchdown de Peyton Manning a Emmanuel Sanders, cuando restaba menos de un minuto en el cuarto periodo, Charles volvió a perder el ovoide, y esta vez Bradley Roby lo devolvió 21 yardas para poner el marcador definitivo cuando expiraba el reloj de juego.
Sin embargo, Charles no entregó el partido sólo. La realidad es que sin el corredor estelar, los Chiefs nunca hubieran estado en posición de ganarlo. El mariscal de campo Alex Smith contribuyó con dos pases interceptados, el primero de los cuales permitió a Denver igualar el marcador justo antes del descanso de medio tiempo, gracias a una decisión cuestionable por parte del entrenador en jefe Andy Reid de arriesgar por aire cuando lo recomendable hubiera sido agotar el tiempo del reloj.
Los Chiefs cometieron un error similar más tarde, en el tercer periodo. En tercera oportunidad y 10 por avanzar, parados en la yarda 17 de los Broncos, Smith fue interceptado por Chris Harris Jr., evitando que Kansas City culminara su avance con puntos. Hasta ese momento, los Chiefs no habían convertido una sola de sus oportunidades en tercer down. Probablemente, un acarreo para asegurar la posición de campo y un intento de gol de campo de Cairo Santos, hubiera sido lo mejor.
Aunque los balones sueltos de Charles, y uno más de D'Anthony Thomas, no ayudan mucho a disipar las dudas.
La noche no fue perfecta para Manning, tampoco. El futuro miembro del Salón de la Fama arrancó el encuentro con un pase interceptado por el novato de primera ronda de los Chiefs, Marcus Peters, y devuelto 55 yardas hasta la zona de anotación. A lo largo del partido, la defensiva de los Chiefs que tanto hizo por su causa al presionar constantemente a Manning --Kansas City capturó en tres ocasiones a Manning, pero la presión nunca se acabó--, también le dio vida a Denver, dejando caer al menos tres intercepciones de las manos.
Por segunda semana consecutiva, Kansas City deja escapar una ventaja considerable. En la jornada inaugural, a los Houston Texans no les alcanzó el talento y/o el tiempo para completar la remontada, pero esta vez, los Chiefs pagaron el precio.
El otro lado de la moneda son los Broncos, quienes también debieron venir de atrás para imponerse a los Baltimore Ravens la semana pasada.
Las situaciones de ambos cuadros son insostenibles, si aspiran a la postemporada. Y en ambos casos, los cambios más importantes deben venir a la ofensiva.
Smith necesita mayor producción de sus receptores abiertos y él es responsable en buena medida de ello, lo mismo que Reid y su selección de jugadas.
Al otro lado, los Broncos necesitan dejar de obligar a Manning operar bajo centro, permitiéndole en su lugar volver a asumir el control de las jugadas desde la formación escopeta, donde su cerebro y su capacidad de procesar información ayudan a compensar las carencias que empieza a delatar su brazo.
Después de todo, lanzar para 70,000 yardas cansa a cualquiera.