PITTSBURGH -- En Ozzie confían.
Ese es el mantra en Baltimore. Jugadores van y vienen, sin embargo el gerente general de los Ravens, Ozzie Newsome, ha demostrado que puede evaluar, identificar y reclutar talento. Es por eso que los Ravens no están en pánico por el éxodo de su equipo que ganó el Super Bowl.
Extrañarán a Ray Lewis, Ed Reed y el resto de los titulares defensivos que se marcharon, pero la verdad es que la defensiva de Baltimore podría ser mejor esta temporada de lo que fue hace un año, y no peor.
Eso es debido a Ozzie.
Durante mucho tiempo, algo similar ocurría en Pittsburgh. Los Steelers siempre tenían listo al siguiente jugador. Siempre había una respuesta, en especial a la defensiva. Era como si Pittsburgh tratara a la parte baja de su plantilla como un sistema de ligas menores. Después, con el tiempo, llamarían al siguiente jugador, y al siguiente, sin ninguna caída de talento o producción. Siempre había un reemplazo listo esperan su oportunidad.
Pero, en algún punto entre reclutar a Ben Roethlisberger y a Jarvis Jones, la selección de primera ronda del draft de los Steelers, Pittsburgh se resbaló. Los Ravens lo vieron y llegaron a creer que, debido a un mejor departamento de cazatalentos y debido a Ozzie, podían reclutar mejor en el draft que los Steelers y así tener mejores resultados.
Y los Ravens tenían razón.
Este es un año crucial para los Steelers, quienes se vinieron abajo la temporada pasada luego de que Roethlisberger sufriera una lesión en las costillas y terminaron en el tercer lugar de la AFC Norte con un récord 8-8. El equipo ha perdido al receptor abierto, Mike Wallace; al apoyador externo, James Harrison; al tackle nariz, Casey Hampton; al corredor, Rashard Mendenhall; y al tackle ofensivo, Max Starks; entre otros.
Los Steelers han rejuvenecido, al menos a la ofensiva, pero, ¿han mejorado?
Pittsburgh inicia el campamento de entrenamiento el viernes en Latrobe, Pennsylvania, in la extraña posición de ver hacia arriba no un rival divisional, sino a dos. Ya no son el equipo que marca el ritmo. Deben perseguir a Baltimore y sí, incluso a los Cincinnati Bengals, debido a que el talento y su profundidad se han erosionado.
Hay preguntas importantes de cara al campamento.
Lo primero es la salud del mariscal de campo. Roethlisberger se sometió a una cirugía artroscópica en su rodilla derecha a principios de junio para retirar el daño persistente. Ha señalado que su rodilla se siente como nueva, lo cual es una buena señal.
Pero Roethlisberger no ha jugado una temporada completa de 16 partidos desde el 2007, el único año de su carrera en el que lo hizo. Durante años, ha sido golpeado detrás de una pobre línea ofensiva, un problema que Pittsburgh ha pasado los últimos años tratando de resolver en las primeras rondas del draft. La línea este año será una de las más jóvenes y atléticas de la liga, pero también incluirá a un tackle izquierdo, Marcus Gilbert, quien está cambiando de posición y viene saliendo de una lesión en el tobillo, y un tackle derecho, Mike Adams, quien sigue recuperándose después de haber sido apuñalado.
¿Podrá Roethlisberger jugar una temporada completa de 16 partidos? Y suponiendo que no pueda hacerlo, ¿puede Bruce Gradkowski ser un substituto más útil de lo que fueron Charlie Batch y Byron Leftwich la temporada pasada? E igualmente importante, ¿Podrán Roethlisberger y el coordinador ofensivo, Todd Haley, coexistir pacíficamente?
También, ¿pueden los Steelers ayudar a Roethlisberger con un mejor ataque terrestre? Fueron terribles corriendo el balón la temporada baja, ubicándose en los últimos lugares de la liga en yardas, yardas por intento y touchdowns. Es difícil mover las cadenas cuando se promedian 3.7 yardas por intento.
¿Quién será su corredor principal? ¿Será Isaac Redman, quien sumó 410 yardas la temporada pasada?¿Será Jonathan Dwyer, quien acumuló 623 yardas la campaña anterior? O, ¿será el novato, Le'Veon Bell, a quien los Steelers reclutaron en la segunda ronda del draft procedente de Michigan State?
Al dejar ir a Wallace en la agencia libre, los Steelers perdieron la única amenaza a lo profundo que tenían en la posición de receptor abierto. La buena noticia es que Antonio Brown está listo para tener un año de destape, y Pittsburgh igualó la oferta que Emmanuel Sanders firmó con los New England Patriots. Pero, no es seguro que Jerricho Cotchery se mantenga en el equipo. Tampoco Plaxico Burress. El ala cerrada, Heath Miller, viene saliendo de una delicada lesión de rodilla que sufrió en la Semana 16 de la temporada pasada, y podría no estar listo para el primer partido de la temporada en contra de los Tennessee Titans.
Los titulares proyectados en la defensiva de los Steelers tienen un promedio de edad de 29 años, dos meses. De ellos, cinco titulares --el ala defensiva, Brett Keisel; el apoyador, Larry Foote; el esquinero, Ike Taylor; y los profundos, Troy Polamalu y Ryan Clark-- tienen 32 años o más. Aunque Polamalu aún es uno de los profundos más temidos de la liga, es propenso a las lesiones. Cuando está sano los Steelers tienen una secundaria de gran calidad, pero necesitan desarrollar una mejor profundidad detrás de los titulares porque si uno queda fuera, la caída en el talento es significativa.
En Pittsburgh, no hay tal cosa como jugar por el segundo puesto, y no hay tiempo para la paciencia. Sin embargo el equilibrio de poder en una división que alguna vez perteneció a los Steelers ha cambiado, y Pittsburgh iniciará la temporada viendo hacia arriba a los Ravens y los Bengals, una posición extraña para ellos.