PEORIA, Ariz. -- James Shields confía lo suficiente en su habilidad que comienza cada año con un mandato personal de darle a su patron un número preestablecido de entradas.
Como un bono añadido, él está lo suficientemente involucrado en el concepto de su equipo para poder hacer un reclamo similar a nombre de sus compañeros de rotación.
El coach de pitcheo de San Diego Darren Balsley tuvo un primer vistazo a la mentalidad de Shields antes de que los lanzadores de los Padres se lanzaran al terreno para su primer entrenamiento en esta primavera. Según el punto de vista en el mundo de Shields, cinco x 200 = 1,000, y todo parte de ahí.
"Lo primero que me dijo antes de que los chicos se sometieran a su examen físico fue, 'Cada uno de nosotros te va a dar 200 entradas'", dijo Balsley. "Nosotros tenemos chicos jóvenes como Andrew Cashner y Tyson Ross quienes son abridores dominantes pero con pocas salidas en las mayores. Es bueno para ellos ver a un tipo que sale allá afuera y que realmente les demuestre lo que es un caballo de trabajo. Es algo contagioso cuando los chicos comienzan a competir entre ellos y quieren acumular entradas. Eso es lo que necesitamos".
Shields, de 33 años, aprendió en este invierno que la experiencia en la agencia libre puede ser estimulante y un poco estresante para los jugadores en el extreme superior del espectro. Luego que Jon Lester consiguiera un contrato de seis años y $155 millones con los Cachorros de Chicago en diciembre y que Max Scherzer firmara con los Nacionales de Washington por siete años y $210 millones en enero, Shields esperó hasta el 9 de febrero antes de firmar un contrato de cuatro temporadas y $75 millones con los Padres. Ese acuerdo incluye una opción del equipo por un quinto año que podría elevar el acuerdo completo a $91 millones.
Es un acuerdo bonito en varios aspectos. Shields logra mantenerse cerca de su casa en Rancho Santa Fe, donde el clima es siempre hermoso. Y pasará la mitad de su tiempo en el Petco Park, donde las franjas en los jardines son espaciosas y las verjas están alineadas de una forma favorable a los lanzadores.
La historia reciente muestra que Shields tiene 33 aperturas y 220 entradas en su futuro inmediato. Desde el 2007, él lidera a todos los abridores en MLB con 1,785 2/3 entradas - o 1/3 de entrada más que Félix Hernandez de Seattle en ese mismo periodo. Justin Verlander de Detroit está a cinco entradas detrás de ellos, y luego hay un declive de más de 100 entradas antes de que Dan Haren aparezca en el cuarto puesto.
Las actuaciones pasadas no son garantía de resultados futuros para los lanzadores envejecientes, y las discusiones de los Padres en torno a la posible firma de Shields giraron en torno a la misma pregunta: ¿Acaso su historial de confiabilidad lo hace una buena apuesta a largo plazo, o todo ese millaje finalmente comenzará a alcanzarlo en los próximos cuatro años?
"Uno dice, 'OK, ocho años con 200 entradas lanzadas', y uno puede mirarlo de ambas maneras", dijo el gerente de San Diego A.J. Preller. "Nosotros lo debatimos cuando discutimos sobre contratar a James, y obviamente estamos apostando que todavía le quedan algunos buenos años.
"Cuando uno lo estudia, no hay nada definitivo que diga, 'Una vez que cumples 33 años y tienes una cierta cantidad de entradas, estás llegando al final'. Uno levanta la mirada y ve a tipos - ya sea Tim Hudson o Mark Buehrle o muchos otros tipos-y siguen luciendo bien. Nosotros creemos que con la forma física de James, él va a ser un tipo que nos pueda dar buenas entradas en los próximos cuatro años en San Diego".
La rotación de los Padres ya lucía prometedora incluso antes de la llegada de James. Ross se convirtió en un Todos Estrellas a los 27 años, con efectividad de 2.81 y 195 ponches en igual cantidad de entradas. Los totales mediocres de ponches de Cashner y su tasa de abanicadas no mezcla bien con su recta que se ubica en las altas 90 mph, pero hizo suficientes progresos con su sinker para lograr efectividad de 2.55 y un WHIP de 1.13 en 123 entradas la pasada temporada. Ian Kennedy logró hace apenas 4 años 21 victorias y un cuarto puesto en la votación del Cy Young de la Liga Nacional. Y se espera que Brandon Morrow, Odrisamer Despaigne y Robbie Erlin sostengan una encarnizada batalla por el quinto puesto en la rotación en los entrenamientos primaverales.
La contribución de Shields incluirá una saludable dosis de guía para ayudar a sus compañeros más jóvenes para dar el siguiente paso y poder pasar de unas agradables seis entradas a unas más gratificantes siete u ocho. Quizás pueda darles consejos para lanzar con más economía de pitcheos, o ayudarlos a navegar con más inteligencia a través de una alineación rival, o simplemente recordarles que deben respirar profundo cuando tengan situación de bases llenas y su control simplemente se fue de paseo.
En dos temporadas con Kansas City, Shields dejó una marca que trasciende su record de 27-17 y efectividad de 3.18. El año anterior a su llegada, los Reales se ubicaron en el puesto 28 en las mayores con 890 entradas en su rotación. Tanto en 2013 como en el 2014, los abridores de Kansas City laboraron en 986 2/3 entradas, siendo Shields el que estableció la pauta.
"Él trajo una arrogancia, una dureza, una confianza y un nivel de expectative a nuestro equipo y a nuestra rotación de lanzadores", dijo el gerente de los Reales Dayton Moore. "Cuando James Shields está en el montículo, hay un nivel diferente de intensidad en el terreno esa noche que saca lo mejor en nuestros jugadores. No es un juego de rutina en julio. Él espera ganar y que espera que todo el mundo en la alineación ese día haga todo lo que pueda para ganar el partido".
En una entrevista con ESPN.com hace dos años, Shields profesó el tener un "alma de la vieja escuela" en su deseo por lanzar más lejos en los partidos y salvar el bullpen. Cuando el manager de los Padres Bud Black hizo su trabajo de reconocimiento entre sus amigos en la industria durante su proceso de cortejo en la agencia libre, ellos compartieron experiencias personales que corroboraron ese alegato.
"Obviamente, lo más importante es el rendimiento en el terreno", dijo Black. "Cualquier jugador te diría esto. Pero él tiene esas cualidades que ayudan al equipo más allá del día en el que le toque la pelota. He escuchado eso de muchísima gente".
Si la historia nos sirve de indicativo, los abridores de San Diego tendrán algunos viajes a campos de golf en su futuro. Como han comprobado los Bravos de Atlanta y otros tantos equipos a lo largo de los años, nada provoca más unidad en un equipo que pasar cuatro horas bajo el sol y con aire fresco intercalados con algunas estancias en el bosque en búsqueda de pelotas perdidas. Shields tiene el toque de un director social de un camerino, y está decidido a hacer lo que sea necesario para que todo el mundo reme para el mismo lado.
"Yo voy a estar aquí por mucho tiempo, y definitivamente quiero conocer a estos chicos", dijo Shields. "Hay cosas que me gusta hacer, no tanto para relacionarnos, pero más o menos para divertirnos y relajarnos y disfrutar el juego. Algunas veces los chicos esconden lo locos o graciosos que pueden ser -Sea cual sea el caso. Eso les permitirá ser ustedes mismos. Esa es la parte más importante".
A pesar de todo el respeto que inspira en los círculos dentro del béisbol, Shields todavía tiene que cargar con el lastre de esa fea marca de 3-6 y efectividad de 5.46 en 11 apariciones en postemporada. Poca gente sabe que fue un ex compañero en liga menor, que era un gran fanático de James Worthy, el que lo bautizó como "Big Game James."
Independientemente del origen del apodo, Shields tendrá que vivir con la consecuencia del mismo hasta que pueda tener números en los playoffs que puedan alterar dicha percepción.
Las buenas noticias: Él está ahora como un equipo que tiene toda la intención del mundo de jugar béisbol en octubre tan pronto como puedan. Shields y sus nuevos amigos en la rotación de San Diego están listos para tomar la pelota. Lo que hagan con ella ayudarán a determinar precisamente cuán lejos llegarán los Padres en el 2015.