BRISTOL -- En el 2012, los Indianapolis Colts fueron afortunados.
Andrew Luck estaba disponible en la primera posición del draft. El gerente general Ryan Grigson lo rodeó con una gran cantidad de jóvenes reclutas del draft, incluyendo a las alas cerradas Coby Fleener y Dwayne Allen, el receptor abierto T.Y. Hilton y el corredor Vick Ballard. Los Colts respondieron con tres títulos divisionales consecutivos y tres temporadas de 11 victorias, incluyendo su carrera la temporada pasada hasta el Juego por el Campeonato de la AFC.
Desde afuera, sin embargo, parece un poco extraño ver a los Colts firmar a seis nuevos titulares esta temporada baja cuyo promedio de edad es de 31.2 años. Frank Gore, Andre Johnson, Todd Herremans, Trent Cole, Kendall Langford y Dwight Lowery se unen a la que fue la plantilla más vieja de la liga en el 2014, con un promedio de edad de 27.5 años, de acuerdo a Elias Sports Bureau.
Lo que está claro es que el reloj biológico está avanzando para los Colts, a pesar que Luck apenas tiene 25 años de edad. Podría no ser ahora o nunca para que Luck consiga su primer Super Bowl, pero los Colts podrían estar siguiendo los pasos de otras cinco franquicias que tienen mariscales de campo de calidad. Los equipos que no encuentran dos o tres titulares en cada draft eventualmente sufren un declive en sus plantillas, y esa es la posición en la que los Colts se encuentran en este momento.
Los Falcons pueden ser el ejemplo perfecto.
En el 2008, Atlanta inició la reconstrucción de su plantilla al seleccionar a Matt Ryan en la posición global N° 3, y después sumó a Sam Baker, Curtis Lofton, Harry Douglas, Thomas DeCoud y Kroy Biermann en el draft y la firma del corredor Michael Turner. Al año siguiente, adquirieron mediante canje al ala cerrada Tony Gonzalez. Para el 2010, los Falcons tenían marca 13-3 y ganaron 26 partidos durante un periodo de tres años.
Pero los drafts del 2010 y 2012 no cubrieron las carencias en la plantilla que los equipos tienen después de los primeros tres a cinco años. Algo similar ha sucedido con los New Orleans Saints, Carolina Panthers, New York Giants y Chicago Bears en las últimas campañas (aunque la situación de los Bears con su mariscal de campo no es tan sólida como el resto de los equipos).
Esta es una temporada crucial para los Colts. Sus drafts del 2013 y 2014 no han llenado las necesidades a la defensiva. Bjoern Werner inició 15 partidos como apoyador el año pasado, pero no fue alguien que hiciera la diferencia al cubrir el puesto del lesionado Robert Mathis. Con la firma de Trent Cole como apoyador externo y el posible regreso de Mathis para septiembre, Werner podría ser reserva este año.
Para cubrir necesidades y mejorar a la defensiva, Grigson se ha apoyado en la agencia libre y en un canje para sumar al esquinero Vontae Davis. Para el final de la campaña pasada, los únicos titulares reclutados en la defensiva eran Werner y el tackle nariz Josh Chapman. Esa es una preocupación, porque el tiempo de vida de los agentes libres firmados en un equipo por lo general es de dos a tres temporadas. En otras palabras, realizaron ajustes a corto plazo que podrían rendir frutos en el 2015, pero el panorama a largo plazo es una preocupación, aún con la presencia de Luck, y sobre todo si los Jacksonville Jaguars, Houston Texans o Tennessee Titans hacen movimientos importantes en los próximos dos años en la AFC Sur.
El enfoque de "ganar ahora" que tomaron esta temporada baja probablemente sea el correcto. Luck será el ancla de la franquicia y debería recibir un gran contrato el próximo año, y debido a la suspensión de Tom Brady con los New England Patriots y el declive en el nivel de Peyton Manning al final de la temporada pasada, no hay razón para creer que los Colts no serán uno de los contendientes en la AFC una vez más. Habiendo dicho eso, recuerden que los Colts tienen mucha flexibilidad ahora debido a que Luck está recibiendo menos dinero que su valor en el mercado. Una vez que se le pague de acuerdo al calibre de jugador que es, no será tan sencillo gastar en la agencia libre para cubrir huecos que no se han podido llenar en el draft. Así que la posible purga en la plantilla en el futuro y la mejoría en sus rivales de la AFC Sur --aceptemos que los Colts no han tenido competencia en la división durante la estancia de Luck-- podría hacer más complicado que mantengan el nivel de sus 11 victorias por año para el 2017 y el 2018, sobre todo si los Colts siguen dependiendo más de la agencia libre que del draft.
Los Colts no necesitan ser afortunados este año. Necesitan ser muy, muy buenos.