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Epilepsia, un rival inesperado en la carrera de Rodrigo López

MÉXICO -- Con el paso de los años, con los episodios que un lanzador carga en el brazo, la velocidad tiende a bajar, el tiempo de recuperación aumenta. Muchos son los ajustes que deben realizarse para sostener nivel exitoso en la lomita.

Pero a Rodrigo López Muñoz, un reto inesperado le llegó a la vida.

Durante la temporada 2014-15 en Liga Mexicana del Pacífico, el derecho dejó a Tomateros por una enfermedad de la que pocos detalles se revelaron. Según Rodrigo, sólo informó tanto a la gerencia como al mánager Benjamín Gil.

Ante las puertas de lo que será su última temporada como profesional, López Muñoz se confiesa: “fue un ataque de epilepsia. Fue después de la serie que jugamos en Guadalajara que me vino una crisis, mientras me estaba bañando”.

El derecho no imaginaba una salida del terreno así. Su adiós era proyectado de otra forma: “retirarme estando con mi familia, que mi familia pudiera estar conmigo viéndome en mi último partido y sin duda, siempre pensé en los Tomateros”.

A finales de 2014, cayó en un mal momento personal. “Estaba un poco deprimido, aunque había sido una enfermedad con la cual había lidiado cuando estaba joven, no quería que se revelara”.

La directiva guinda encontró la forma de respetar su deseo, con respecto a la discreción. Los guindas rompieron sequía de diez años sin campeonato, y entonces Rodrigo comenzó a pensar en un mejor final: “al ver a los muchachos que quedaron campeones, el gusanito empezó a crecer dentro de mí”.

El verano fue clave para concretar su regreso: “me empecé a sentir mejor físicamente. Al parecer, el tipo de medicina que me han recetado ha funcionado muy bien”.

“Trato de hacerme estudios cada seis meses y pues son situaciones como a veces dicen los neurólogos, inexplicables, vienen y van y a veces ni vale la pena estarle buscando cuál fue la razón”, explicó López sobre cómo enfrenta el padecimiento.

LA NUEVA TEMPORADA
Rodrigo López conoce sus alcances, así como limitaciones de cara a la campaña de su despedida. En principio no fue colocado dentro del roster activo porque necesita más tiempo de preparación.

Pero su debut podría llegar pronto: “yo creo que en diez días puedo estar tirando un juego, estar abriendo un juego. ¿En cuánto tiempo puedo estar listo? Para mí estar listo es tirar 120 pitcheos en un juego. Digamos que en un mes. En diez días puedo tirar un juego de dos entradas, quizá de tres”, aseguró.

El serpentinero pone como meta cuatro o cinco victorias en temporada regular, así como formar parte de la rotación en postemporada. “Todavía tengo la experiencia, todavía puedo localizar mis pitcheos muy bien, los tres pitcheos que domino y creo que eso es suficiente para sacar a los bateadores de balance y sacarlos de out”, explica sobre su presente.

EL PLAN DE JUEGO
Con el paso del tiempo, todos los pitchers deben realizar ajustes para mantenerse vigentes. La fuerza es un factor que López reconoce, pero no es parte fundamental de su presente: “No soy un pitcher de velocidad, siempre me he caracterizado por tirar mis pitcheos donde quiera, los tres pitcheos que domino muy bien y los sigo teniendo. No hay ningún problema con eso. La locación, el comando, siguen ahí”, afirma.

“Mi meta es poder tirar hasta 88 millas, creo que si puedo tirar a esa velocidad, puedo tener un buen año. El año pasado, más o menos eso era mi parámetro. Precisamente en el último juego que tuve, contra Mochis, pude tirar hasta 91”, agrega.

COMANDADO POR UN AMIGO
El nativo de Tlalnepantla, Estado de México, vivió la experiencia de coronarse tres veces en Liga Mexicana del Pacífico con su actual mánager, Benjamín Gil.

Ahora describe la presencia de “El Matador” en este nuevo rol: “lo sigo viendo como un amigo, pero creo que sí se ha tomado el papel de mánager como debe de ser. Creo que sabe muy bien su papel Benjamín, creo que se sabe comunicar bien con los jugadores, se da a entender muy bien y se gana el respeto de los muchachos”, nos dijo sobre Gil.

Pero sobretodo, López destaca la capacidad de Gil para mover a otros hacia un objetivo común: “poca gente he visto como Benjamín, que tenga ese liderazgo en el terreno y en el clubhouse. Siempre quiere ganar”.

Y al final, fue la victoria de los Tomateros en la 2014-15, lo que impulsó a Rodrigo hacia cerrar su carrera de una mejor manera.