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Jorge Campos se robó el show

MÉXICO -- La tarde de Lio Messi y sus amigos resultó toda una fiesta en el Azul, donde sin embargo, fue Jorge Campos quien se robó la tarde.

Así es, Messi, la máxima estrella del balompié Mundial sólo arrancó los aplausos y el clamor del público en el inicio del encuentro y con sus zapatos en amarillo fosforescente se dejó querer por los mexicanos, pero tardó en adaptarse al partido y aunque por momentos paseó la esférica con la clase que se le conoce, se reservó su mejor futbol, a sabiendas de que se trataba un cotejo amistoso.

De hecho, aunque desde el inicio se hizo respetar por el Brody Campos, a quien incluso, en un par de ocasiones lo sacó de su arco, luego que el internacional portero acapulqueño se viera muy osado en algunas jugadas y el mismo Chaco Giménez le cuidara las espaldas, en ningún momento apretó el acelerador de más. Tanto, que su anotación, la cual era obligada, por ser su tarde, se retrasó mucho y fue hasta el segundo tiempo cuando finalmente descontó.

Pero Jorge Campos, quien sacó un suéter en tono naranja, emulando un poco aquellos que hizo famosos como arquero de la Selección Mexicana, se dio el lujo de jugar la pelota en el área, como a él le gusta, pero arriesgó muchas veces su arco.

El tiempo no pasa en vano y si no pregúntenle al Brody, que ya corre poco y que otorgó muchas facilidades a "Messi & Friends", que al final terminaron ganando por 5-4.

Y Jorge, que recibió insultos por parte de la gente y que también lo apapachó coreando "¡Portero… portero!", se regocijaba bajo los tres postes interactuando con ellos y con algunos rivales, casos del propio Lio y de Romario, quien demostró que a sus 45 años todavía puede.

NO LE HICIERON CASO
Cabe señalar que desde el inicio, Campos se la pasó volteando a la banca solicitando su cambio; primero como que se quejaba de sus defensores, luego parecía que estaba pidiendo que lo incluyeran en el terreno de juego como delantero y más tarde hizo la seña como que tenía un tirón en la pierna derecha, pero su insistencia no hizo eco en el Potro Gutiérrez, que lo dejó en la cancha hasta que terminó la primera parte.

Ya en la complementaria, fue Hernán Cristante quien entró para defender la valla del "Estrellas del Mundo", pero casi durante todo el encuentro se mostró nervioso, desencanchado, y cada que tomaba la pelota, la gente, desaforada, le recordaba el apellido de Campos.

En fin, que fue una gran fiesta la del domingo en el Azul, donde un día antes la cancha había terminado desecha, por la torrencial lluvia que cayó en el encuentro entre cruzazulinos y atlistas, pero la que con una maquilladita a marchas forzadas, pudo nuevamente quedar lista.

NO SE LLENÓ
Por cierto que el coso de la Colonia Nochebuena, si acaso registró la mitad de entrada, cuando en el transcurso de la semana los organizadores del evento habían anunciado que ya estaba vendido un 60 por ciento de su capacidad, lo que hace pensar que entonces buena parte del boletaje quedó en manos de la reventa.