BARCELONA -- El desencuentro entre Lionel Messi y el FC Barcelona alcanzó este viernes cotas insospechadas cuando el futbolista argentino, desde su país, arremetió con extrema dureza en contra del vicepresidente económico del club a través de unas declaraciones a la emisora de radio RAC1.
"El señor Faus es una persona que no sabe nada de fútbol", disparó Messi, quien negó categóricamente haber pedido ninguna mejora de contrato. "Le recuerdo que ni yo ni nadie de mi entorno hemos pedido ningún aumento ni renovación, y él eso lo sabe muy bien", sentenció.
Pasando por alto las palabras de Sandro Rosell pocas horas antes, en las que el presidente del club había tendido puentes para normalizar la relación y asegurando que el Barça "tiene la puerta abierta" para él o que "estará siempre a su lado", Leo acusó a Faus de querer "manejar el Barcelona como si fuera una empresa. Y no lo es. El Barcelona es uno de los equipos más grandes del mundo y merece ser representado por los mejores dirigentes".
"Yo, a un señor que ya se le renovó el contrato el año pasado, pues no sé por qué se le tiene que renovar el contrato este año", declaró la pasada semana el vicepresidente a la misma emisora y ni la inmediata aparición de Rosell ni, tampoco, el discurso del presidente de ayer mismo sirvieron para calmar los ánimos de un Leo que no disimuló su profundo disgusto.
Así, Messi aparcó su silencio respondiendo en una grabación a tres preguntas de la citada emisora de radio, refiriéndose también a las acusaciones sobre su padre. "No he leído nada directamente. Mi familia me comentó lo que se ha dicho y, la verdad, lamento profundamente lo que se ha dicho, no sobre mí, sino sobre personas que quiero, como mi papá o jugadores que son amigos", aseveró el '10', quien afirmó que "lo que hemos hecho nosotros en estos partidos es cien por cien benéfico".
Acerca de la posibilidad apuntada de apartar a su padre, Jorge Messi, de la gestión de sus asuntos, Leo se mostró contundente. "Estoy muy unido a mi padre y a mi familia en lo personal y en lo profesional. Si de mí depende, y mientras él quiera, seguirá siendo el presidente de nuestra empresa y de la fundación", aclaró el jugador, quien se desmarcó de todo lo que pueda comentarse: "Como siempre he dicho, yo me dedico a jugar a fútbol y él a gestionar mis intereses más allá del campo, intentando seleccionar los mejores profesionales y asesores que nos ayudan".
SIN PERDÓN
La réplica de La Pulga se produjo cuando el eco del discurso navideño del presidente del jueves seguía en primer plano. Rosell insinuó la existencia de una "persecución organizada contra el Barça" y personalizando en Messi, tras mostrar su disgusto porque "siguen los ataques hacia su persona y familia", admitió sin disimulo que "es el mejor futbolista del mundo y por ello debe ser el mejor pagado del mundo".
Las palabras del máximo dirigente del club, que ya había desautorizado a Faus hace algunos días, dieron a entender que el Barça no sólo cerraba filas entorno a su estrella, sino que se daba por acabada cualquier polémica. Más aún con la presencia personal en Argentina de Andoni Zubizarreta y Pepe Costa, encargado de la oficina de atención al jugador, interpretadas como un paso dado por el club para tranquilizar los ánimos de Leo.
Sin embargo, la dura reacción, en primera persona, de Messi descubr su profundo enfado por la situación creada y, también, el evidente desencuentro entre las dos partes.