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Francia se lució y derrotó a Irlanda por 42-27 para soñar con el Seis Naciones

Por la cuarta fecha del Seis Naciones, Francia venció a Irlanda 42-27 en el Aviva Stadium de Dublín, en el encuentro que abrió una nueva jornada del torneo europeo. Les Blues entendieron cómo jugar el partido: agazapados, pacientes, con una buena defensa como bandera en el primer tiempo y cuando se soltaron, en la segunda etapa, fueron una aplanadora que los irlandeses no pudieron detener. Los galos quedaron a un paso del título y destruyeron el sueño del trébol del Grand Slam.

En el inicio, Francia resistió la primera embestida de Irlanda con una pelota trabada en el ingoal. En ese vendaval de 10 minutos, el equipo verde tuvo la oportunidad de sumar tres puntos con el pie de Sam Prendergast, pero el apertura falló. Después de los primeros 15 minutos, llegó el momento francés. Los galos fueron más prácticos a la hora de definir en los últimos metros, ante defensas que le ponían cerrojos al ingoal.

El visitante intentó con line y maul, y allí encontró la llave para comenzar a destrabar el partido con Louis Bielle-Biarrey, quien se zambulló en el try una fase después. A los 28 minutos, Antoine Dupont se retiró lesionado, una baja sensible para los azules, y los irlandeses se llevaron 2 penales contra uno de los franceses, que dejaron el marcador parcial 8-6. Más emoción que acción.

En el complemento, se volvió a repetir el protagonismo isleño, pero esta vez con efectividad: a los 3', de un line y maul, se desprendió Dan Sheehan para que se ilusionen los irlandeses. Sin embargo, hasta ahí llegó Irlanda porque se prendió la máquina del rugby champagne francés y no hubo cómo frenarla. De un continuado de varias fases Paul Boudehent equiparó el marcador. Thomas Ramos puso la diferencia de 2 puntos para el 15-13.

El gran golpe llegó con Louis Bielle-Biarrey, quien apeló a su velocidad en los últimos metros, desde una pelota recuperada, para que la Marsellesa empiece a sonar en Dublín. Thomas Ramos, con un penal, aumentó las diferencias y los irlandeses caían anímicamente. Lo remató Oscar Jegou en otra jugada de varias fases y ya no había vuelta atrás. El triunfo estaba vendido.

No hubo tiempo para mucho más y quedaban 20´. Para que el festejo sea completo quedó una reliquia de Thomas Ramos que recuperó una pelota a centímetros de su ingoal y le asistió el try a Demian Penaud. Cyril Baille y Jack Conan decoraron el resultado para Irlanda en un partido que Francia supo cuándo trabajar, defender y sortear duros escollos y a la hora de exhibir su mejor juego se llevó todos los aplausos.

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