Francisco Cerúndolo celebra este 13 de agosto sus 24 años de vida. Para llegar al lugar que ocupa hoy pasó por distintas etapas: desde temores y una gran incertidumbre por su futuro, a una concreta realidad que le depara un presente soñado. Hoy, N°27 del mundo, puede sentir el orgullo que significa haberse ganado un prestigioso lugar en el circuito y, además, tener la posibilidad de vestir los colores celeste y blanco.
Nacido en el seno de una familia de deportistas de alto rendimiento, transitó su adolescencia con el gran objetivo de llegar a hacerse un hueco en la élite del tenis. El proceso para él no fue sencillo, de hecho uno de sus mayores temores era quedarse a mitad de camino. "No sabía cómo me iba a ir con el tenis y no quería quedarme en un ranking en donde no pudiese vivir del tenis, para después tener que terminar como profe", supo reconocer en una entrevista con el medio Infobae.
Mientras estudiaba -y estudia- la licenciatura en Management en Economía y Finanzas, su nombre empezó a aparecer en los diferentes Challenger, tanto en Argentina como en Sudamérica, y poco a poco fue forjando su camino. A principios de 2021, su hermano menor, Juan Manuel, de 20 años y actual 99° del mundo, ganó el Córdoba Open y su apellido ya estaba en boca de todos. Semanas después, cuando él mismo llegó a la final del Argentina Open, las expectativas sobre aquellos 'hermanos Cerúndolo' pasó a ser un hecho.
En ese torneo perdió la final con Diego Schwartzman, pero en realidad ganó mucho más. Ya tenía la experiencia de jugar por una definición de título y empezaba a codearse con los mejores del circuito. Incluso fue el año pasado cuando debutó en el cuadro principal de un Grand Slam, en Roland Garros.
El 2022 lo arrancó fuera del Top 100. Parecía estar lejos de la primera plana del tenis. De todos modos, sus participaciones en los torneos comenzaron a ser más extensas y así lo vio reflejado en el ranking. El gran salto de calidad lo vio en el Masters 1000 de Miami, en donde hizo semifinales y en el camino despachó a tenistas de la talla de Gael Monfils y Jannik Sinner. Para ese entonces, ya era N°51 del mundo.
En la primera ronda de Wimbledon le tocó Rafael Nadal. Se plantó, le jugó de igual a igual y pese a la derrota en cuatro sets, ya había dado una gran muestra de carácter. Y al torneo siguiente quedó evidenciado: en Bastad y frente a su compatriota Sebastián Báez, levantó el primer título de su carrera. Las semifinales en el ATP 500 de Hamburgo tan solo unos días después terminaron de estallar su explosivo presente y llegó a ocupar el puesto N°24, hasta ahora, el mejor que haya logrado.
Francisco Cerúndolo atravesó varios escollos y hoy tiene su propio lugar en el equipo argentino de la Copa Davis. Es el convocado N°86 en la historia y puede asegurar que, pese a sus temores de un adolescente que no sabía nada sobre su futuro, es parte de una selecta lista con los nombres más destacados de la historia del tenis nacional.