Carlos Alcaraz (N°2 del ranking ATP) sacó su chapa de campeón en su debut en el Masters 1000 de Madrid, en donde luego de un duro comienzo frente a Emil Ruusuvuori (41°) logró imponerse tras un 2-6, 6-4 y 6-2 que le permite avanzar a la tercera ronda. Ya van seis victorias en fila con el flamante título en Barcelona.
El campeón defensor se encontró con uno de esos partidos que hacía rato no tenía. Si bien partía como claro favorito, el finlandés lo puso en apuros desde el comienzo del encuentro y lo llevó a cometer reiterados errores no forzados. En el primer set, el español quedó totalmente desdibujado y su semblante preocupaba mucho.
Tanto es así que el contundente 6-2 que logró Ruusuvuori hacía parecer que el murciano quedaría en el camino en su debut. De todos modos, la presencia de Juan Carlos Ferrero, su coach, con las indicaciones y la recomendación que le dio al comienzo del segundo parcial de que estirara los puntos fue vital para el devenir del partido.
Los errores no forzados comenzaron a bajar, aunque de por medio hubo una furiosa reacción cuando estaba 2-3 en la segunda manga: estalló de bronca y tiró la raqueta al piso, una reacción pocas veces vista en él. Curiosamente, después de ese momento se levantó y ganó el game -quizás- más importante del encuentro, con una duración de 14 minutos y que le permitió mantener el saque. Y luego quebró.
Así llegó a un tercer set en el que Carlos fue verdaderamente Alcaraz. Recuperó la sonrisa, la confianza en su derecha y las cosas empezaron a fluir por el curso esperado. La Caja Mágica también acompañó con el calor propio ante la nueva estrella del tenis español, que sigue peleando por recuperar el N°1 del mundo, hoy en manos de Novak Djokovic.
Con esta victoria, Alcaraz se metió en la tercera ronda del Masters 1000 de Madrid, en donde se medirá con Grigor Dimitrov, que viene de batallar en dos duros parciales por 7-6 (6) y 7-6 (2) ante Gregoire Barrere.