Richard Haigh es un reconocido umpire británico y ni el marco de un estadio central de Wimbledon ni el jugador que pinta para récord lo frenaron para "sancionar" a Novak Djokovic en plena semifinal masculina ante Jannik Sinner.
Primero le cantaron "hindrance" (molestia) por gritar de manera algo exagerada un revés cuando su rival había puesto la pelota en juego. Es decir, el serbio completó su swing y definitivamente festejó al mismo tiempo del backswing de Sinner. El N°2 del mundo se acercó a la silla del juez para pedir explicaciones aunque el punto ya estaba perdido.
Minutos después, dentro del mismo game, le dio un warning por pérdida de tiempo. El serbio, dueño del récord masculino de 23 títulos de Grand Slam, estaba en llamas pero pudo controlar sus emociones de cara a la continuidad del juego.
“Cuando me sancionaron con eso estaba un poco nervioso con el juez de silla, así que he tenido que relajarme. Es la primera vez que me pasa en toda mi carrera. Imagino que ha sido por el eco que se ha escuchado por el techo (risas). Muchos de mis rivales han gritado mucho más y jamás los han llamado. Pero lo acepto y lo respeto. Ahora toca descansar y recuperarse para el próximo partido”, declaró el Nº2 del mundo post partido.