Novak Djokovic, número dos del ranking ATP, nunca deja de sorprender. Con 36 años de edad y una carrera colmada de títulos, no se convence y aspira a más. Derrotó a Jannik Sinner (8º) por 6-3, 6-4 y 7-6 (4) en Wimbledon y accedió a una nueva final de Grand Slam: la 35º de su trayectoria y la novena en Londres.
La mentalidad del serbio para afrontar los momentos clave parece ser su principal arma. Eso ocurrió, como casi siempre, en la semifinal ante el italiano, quien jugó muy buenos puntos pero a la hora de la verdad, cuando cuentan igual pero valen distintos, los tantos fueron para Nole.
De esta forma hilvanó tres sets consecutivos en dos horas y 47 minutos para acceder a una nueva definición de Major y dejar atrás la cifra de Chris Evert de 34 finales disputadas. Además, quedó a un solo partido de igualar la marca de ocho trofeos de Roger Federer en La Catedral del tenis y de recuperar el número uno del mundo.
El serbio es el amo y señor en el césped del All England Club, donde acumula 34 triunfos consecutivos (no pierde desde 2017), 10 años y siete días sin caer en la cancha central del certamen y ganó las últimas cuatro ediciones: 2018, 2019, 2021 y 2022 (en 2020 no se realizó el torneo por la pandemia de coronavirus). "Todos quieren ganarme", dijo días atrás Nole. Pero por ahora nadie lo logra.
Como si esto fuera poco, Djokovic se metió en la final en los tres Grand Slam del calendario, algo que logró en tres ocasiones en su carrera (en 2023 ganó el Abierto de Australia y Roland Garros) y mantiene un invicto de 20 éxitos. Toda una leyenda que se agranda cada día.
El genio de Belgrado venció por tercera vez a Sinner (3-0) y jugará la definición del campeonato ante Alcaraz (1º). Si logra el título tendrá el premio, además, de emparejarse con Margaret Court en cuanto a la cantidad de títulos majors (combinando Era Abierta y Amateur) ya que la australiana ostenta 24 entre 1960 y 1973.
En el camino a la final, Djokovic derrotó a Pedro Cachin, Jordan Thompson, Stan Wawrinka, Hubert Hurkacz, Andrey Rublev y Jannik Sinner. Queda el último pasito... y allá va.