Desde la llegada de la nueva camada de tenistas argentinos al circuito, Sebastián Báez (19º del ranking ATP) ha logrado instalarse como uno de los portadores de la bandera albiceleste a nivel internacional. Y si bien su tenis le permitió brillar ante los mejores, cuando se trata de certámenes de gran jerarquía como Grand Slam o Masters 1000, es donde más ha flaqueado.
Tras unas grandes semanas en tierras sudamericanas, el joven tenista cayó por 6-3 y 6-2 ante el alemán Dominik Koepfer (50º) por la segunda ronda del Miami Open. Ya es sabido que el tenista bonaerense es un especialista en polvo de ladrillo: de los seis títulos que tiene a nivel ATP, cinco son sobre esta superficie, a diferencia del ATP 250 de Winston-Salem. A eso también hay que sumarle otros seis títulos Challenger en polvo. Pero sus performances en cancha dura no se destacan mucho.
Desde que comenzó en el 2022 a disputar los Masters 1000, solo ha conseguido dos terceras ronda (Indian Wells 2023 y 2024) y cinco caídas en segunda instancia, para sumar así un récord de 7-13. Números bastante bajos para la raqueta número uno de Argentina. Además los torneos de Grand Slam tampoco son la excepción. La tercera ronda alcanzada en el US Open 2023 y Australian Open 2024 se alzan como sus máximos logros ante una joven y prospera carrera que tiene por delante.
El cambio constante de superficie no es algo que la caiga bien a su tenis. Pasar de la comodidad del polvo de ladrillo a la velocidad de la pista dura no es una tarea fácil, sobre todo cuando se habla del paso de la gira sudamericana de arcilla a la gira norteamericana de cemento. En los Masters 1000 de esta superficie apenas sumó tres victorias ante ocho duras derrotas.
Cabe recordar que Báez viene de dos increíbles semanas donde conquistó el ATP 500 de Río y el ATP 250 de Santiago, para luego caer en segunda y primera ronda de Indian Wells y Miami, respectivamente.
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