Sin dudas, los Juegos Olímpicos Beijing 2008 fue una edición especial para el Big 3.
En China, por un lado, Rafael Nadal, nada menos, se consagró en single al vencer en la final a Fernando González por 6-3, 7-6 (2) y 6-3.
El chileno llegaba con mística olímpica: fue campeón en dobles y medallista de bronce en Atenas 2004. Pero poco pudo hacer en la final ante el orgullo de Manacor.
En paralelo, en una semana inolvidable, Roger Federer, junto a Stanislas Wawrinka, se quedó con el oro en dobles. Juntos se impusieron en la final de los Juegos Olímpicos al superar a los suecos Simon Aspelin y Thomas Johansson. Fue 6-3, 6-3, 6-7 y 6-3 en casi tres horas de partido.
Así, Federer ya lograba uno de los pocos títulos que le faltaban en su carrera, aunque haya sido en duplas, claro.
Mientras tanto, Stanislas Wawrinka se consolidaba como el sucesor del jugador de Basilea. De hecho, ya estaba N°10 del mundo en single en ese momento.
Como decíamos, fue una edición especial para el considerado Big 3. La frutilla del postre fue la medalla del joven Novak Djokovic. El serbio se subió al podio a pesar de perder en semifinales ante el propio Rafael Nadal. Es que, en el partido por el bronce fue más que James Blake, a quien venció 6-3 y 7-6 (4).
Unos Juegos Olímpicos inolvidables para el tenis mundial.