Asombro total en el Masters 1000 de Montreal. El japonés Kei Nishikori, actual 576 del mundo, ex cuatro en 2015, dio la sorpresa de la jornada y consiguió un triunfo memorable ante el griego Stefanos Tsitsipas (11º), octavo cabeza de serie del torneo.
Luego de una hora y 18 minutos, el tenista nipón, que salió del Top Ten en octubre del 2019 y permaneció sin ranking entre fines del 2022 y principio del 2023, logró el mejor triunfo en tres años y firmó la pizarra con un sólido 6-4 y 6-4 para instalarse en los octavos de final.
A sus 34 años de edad, el ganador de 12 títulos ATP y finalista del US Open 2014, recordó viejos momentos en el cemento canadiense, donde fue subcampeón en 2016, con una victoria resonante que le devuelve la confianza de cara al próximo encuentro.
Dio el golpe sobre la mesa en un torneo diezmado por las ausencias de estrellas como el serbio Novak Djokovic y el español Carlos Alcaraz y derrotó a un hombre del Top 20 por primera vez desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Además, se convirtió en el tercer jugador peor rankeado en arribar a los octavos de final de un Masters 1000.
"El Rayo", ateniense de 25 años de edad, no encontró su mejor tenis en ningún tramo del partido y protagonizó una situación muy particular con su padre y entrenador, Apóstolos, a quien echó de su box finalizaba el primer parcial.
Quien venía de eliminar al estadounidense Alex Michelsen (55º) en el estreno, alcanzó la segunda victoria Masters 1000 en tres años y celebró el tercer éxito en la temporada, sumando el aprobado debut de Roland Garros meses atrás. En la siguiente ronda, Nishikori se citará con el portugués Nuno Borges (43º), quien doblegó el juego de Ugo Humbert (15º) en casi tres horas de acción.
"Ganarle a Stefanos no es fácil, es una gran victoria. Vencer a dos buenos jugadores y volver a jugar bien significa mucho para mí. Siento que he regresado a estar en el buen camino, estoy muy contento", sostuvo el asiático terminado el encuentro.