No son horas calmas en el círculo de Stefanos Tsitsipas (11º ATP). La pronta y sorpresiva derrota a manos del japonés Kei Nishikori (576º) en sets corridos en el Masters 1000 de Montreal generó un gran desconcierto y le abrió las puertas a una nueva polémica.
Cuando finalizaba el primer set, el ateniense, de 25 años de edad, discutió con su padre y entrenador, Apostolos, y lo echó de su box luego de varios idas y vueltas, despertando una inmensa curiosidad y dejando mucha tela para cortar.
Falto de confianza con la "derecha", el "Rayo" buscó soluciones con su equipo de trabajo, pero todo desencadenó en una pelea sin retorno. Consultado sobre esto, en medio de una enorme frustración por la eliminación, Tsitsipas habló sin pelos en la lengua y explotó de furia.
"Necesito y merezco un entrenador que me escuche y me de un feedback como jugador. Mi padre no ha sido muy inteligente ni muy bueno a la hora de gestionar esas situaciones. No es la primera vez que lo hace, estoy muy decepcionado con él", enfatizó, tajante.
"No sé todavía si consideraré algún cambio, pero estoy decepcionado. Para un jugador, lo principal es tener un ida y vuelta directo y constructivo con el entrenador. No es él quien sostiene la raqueta, eso lo hace el jugador, que intenta implementar el plan de juego. Es un trabajo colaborativo, tiene que haber reciprocidad para que pueda desarrollar mi tenis", sentenció el finalista de Grand Slam, dejando entrever un posible cambio de coach.