La bielorrusa le ganó a Jessica Pegula por doble 7-5 y alzó su tercera corona de Grand Slam.
En los últimos años el tenis femenino tomó la cualidad de ser muy imprevisible. La calidad de sus tenistas nunca permitía predecir quienes podrían ser las campeonas de los diferentes torneos de Grand Slam. Siempre aparecían nuevas jugadores que revolucionaban el juego y sorprendían a todas. Pero en este 2024 sucedió algo que no pasaba hace 10 años: por primera vez no hay una campeona debutante en un certamen Major.
Desde hace 10 temporadas una tenista aparecía para irrumpir en el campeonato y coronarse como la nueva campeona de uno de los cuatro torneos más importantes del año, hasta que eso se cortó.
2015: Flavia Pennetta en el US Open.
2016: Angelique Kerber en el Australian Open y Garbiñe Muguruza en Roland Garros.
2017: Jeļena Ostapenko en París y Sloane Stephens en Nueva York.
2018: Caroline Wozniacki a principio de año en Australia y Naomi Osaka en el US Open.
2019: Ashleigh Barty en Roland Garros y Bianca Andreescu en el US Open.
2020: Sofia Kenin en Australia e Iga Swiatek en Francia.
2021: Barbora Krejčíková en Roland Garros y el recordado US Open de Emma Raducanu.
2022: Elena Rybakina en Wimbeldon.
2023 fue por triplicado el debut de campeonas: Aryna Sabalenka en Australia, Markéta Vondroušová en Wimbledon y Cori Gauff en el US Open.
Sin embargo, en el 2024, Sabalenka no permitió eso. Al imponerse con un doble 7-5 ante Jessica Pegula en la final del US Open, esta racha de campeonas debutantes se cortó por completo. Si la norteamericana hubiese ganado, este hilo de nuevas consagraciones seguiría su rumbo por al menos un año más.
Otra que tuvo una doble oportunidad de seguir con este camino fue la italiana Jasmine Paolini (5ª), quien llegó a la final de Roland Garros y Wimbledon, pero quedándose a las puertas de lo que pudo ser su primer Major. Quien tuvo la misma chance que la italiana fue la china y campeona olímpica Qinwen Zheng (7ª), llegando a la instancia final de Australia ante la bielorrusa.