Novak Djokovic (7° del ranking mundial) terminó un 2024 con muchos altibajos y con tramos de dudas en su nivel. Sin embargo, quedará igualmente en su historia por haber elevado su nivel justo en el momento en el que debió ir a buscar la única cuenta pendiente que le quedaba en su carrera.
Antes de disputar el Abierto de Australia, Nole pasó por la United Cup, en la que cosechó tres victorias (dos en singles y una en dobles) y una derrota, ante Alex De Miñaur. Luego, el serbio arribó a Melbourne para intentar defender el título de 2023, aunque cayó en semifinales ante Jannik Sinner en cuatro sets, lo que fue su primera caída en el torneo desde 2018.
El siguiente paso fue en falso: no pudo pasar del segundo partido en Indian Wells, donde lo sorprendió el italiano Luca Nardi por 6-4, 3-6 y 6-3. Así, rápidamente pasó a la gira de polvo de ladrillo, en Monte-Carlo, donde perdió en semifinales ante Casper Ruud también en tres sets. Un mes después, llegó a Roma y el chileno Alejandro Tabilo daba el golpe del certamen al vencerlo contundentemente por 6-2 y 6-3.
Las buenas sensaciones seguían sin aparecer. En la semana previa a Roland Garros, Djokovic disputó el ATP 250 de Génova, para elevar su nivel de confianza de cara al segundo Grand Slam del año, aunque le salió el tiro por la culata: en semifinales, Tomas Machac le ganó por 6-4, 0-6 y 6-1.
Llegó el momento de Roland Garros. Allí, Novak aplicó una remontada excelente ante Francisco Cerúndolo en octavos de final, al que batió en cinco sets, aunque esto le privó salir a jugar en cuartos ante Ruud. ¿La razón? Sufrió un desgarro en el menisco medial de su rodilla derecha lo que le costó una operación y recuperación express.
Un mes después de su lesión llegó su puntapié inicial en Wimbledon. Aunque muchos no confiaban, Djokovic terminó llegando a la final, aunque cayó contundentemente ante Carlos Alcaraz por 6-2, 6-2 y 7-6 (4). El envión anímico de estar recuperado lo llevó a buscar cumplir el último de sus sueños: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Sin ceder sets, derrotando a Rafael Nadal en la segunda ronda y a Alcaraz en la final, Nole alcanzó el logro que tanto buscó durante su carrera, en -quizás- la última oportunidad que tenía.
En los JJOO abrochó el único título ganado en la temporada. Luego, no pudo pasar de tercera ronda en el US Open (derrota ante Alexei Popyrin) y perdió la final del Masters 1000 de Shanghai (vs. Sinner). ¿Lo último de su año? La exhibición en Buenos Aires ante Juan Martín del Potro. En 2025, buscará su campeonato número 100.