En muchas ocasiones es necesario retroceder para tomar impulso, recuperar confianza y volver por más. Eso vivió en el último tiempo el tenista croata Borna Coric (143°), que tomó la difícil pero sabia decisión de bajar al segundo nivel y este domingo se dio una inmensa alegría al consagrarse en el Challenger 75 de Lugano.
Lejos de su máximo potencial en el circuito ATP, el nacido en Zagreb, de 28 años, no titubeó ni mucho menos en la pasada temporada al anotarse para competir en torneos de menor rango, avisando en enero, en Ottignies-Louvain-La-Neuve, al alcanzar la definición y recogiendo los frutos recientemente en el evento celebrado sobre el cemento suizo, donde partiría como el segundo favorito para levantar un título por primera vez desde agosto de 2022.
Verdugo en sets corridos de Gauthier Onclin (214°), Antoine Escoffier (213°), Henri Squire (176°), Dino Prizmic (393°) y Raphael Collignon (98°), el ex número 12 del ranking mundial, quien sumó su cuarta corona en el complicado Tour, vuelve a posicionarse como un serio contendiente en la gira principal, en la cual supo competirle de igual a igual a los mejores del planeta y le dio la espalda durante 2024 con resultados adversos.
En consecuencia, el dueño de cuatro trofeos a nivel ATP, destacándose el Masters 1000 de Cincinnati 2022, ocasión en que le negó la coronación al griego Stefanos Tsitsipas (11°) para transformarse en el campeón con menor clasificación en la categoría, escalará exactamente 22 posiciones en el ordenamiento para instalarse como 120° del planeta y presentarse como favorito en el Challenger 75 de Thionville, Francia.
