Novak Djokovic (N°6 del ranking ATP) se llevó el reconocimiento del público por su gran gesto de deportividad en Roland Garros. La Philippe Chatrier se llenó de aplausos cuando, inmediatamente después del accidente sufrido por Filip Misolic, el serbio se acercó a ayudarlo. Los detalles.
El polvo de ladrillo le jugó una mala pasada al austríaco Filip Misolic (153°). El tenista de 23 años oriundo de Graz tenía frente a sus ojos el desafío más imponente de su carrera enfrentando por primera vez a un Top 10 y debutando en la tercera ronda de un Grand Slam en apenas su segunda aparición luego su estreno en la última edición de Roland Garros.
Este año llegó allí atravesando nuevamente la clasificación con sólidas actuaciones sobre Liam Draxl (6-2, 6-2), Lukas Neumayer (7-6, 7-5) y Aleksandr Shevchenko (6-4, 6-4). En el main draw causó impacto sumando dos importantes victorias ante Bu Yunchaokete (5-7, 7-6, 7-6, 6-1) y Denis Shapovalov (7-6, 7-6, 4-6, 4-6, 6-3).
¿El premio? Un duelo nocturno en la cancha central del Abierto de Francia contra uno de los tenistas más grandes de la historia: Novak Djokovic.
Después de una meritoria pulseada en el arranque, Misolic comenzó la segunda manga luchando por mantenerse cerca en el score. En un momento álgido del partido, el polvo de ladrillo le jugó una mala pasada y tropezó aterrizando de espaldas al suelo, manchándose por completo con la arcilla.
Inmediatamente, Djokovic se acercó con una toalla y agua para ayudarlo a limpiarse los rastros del resbalón. El joven se recuperó y el encuentro continuó sin inconvenientes ni problemas físicos a causa del golpe.
En el medio de la secuencia, el público presente reconoció el gran gesto del serbio inundando de aplausos el recinto.
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