El deporte está hecho para las hazañas, para sufrir y para vivir momentos irreales que quedarán en la historia. En esta final de Roland Garros, en que Carlos Alcaraz (2º del ranking ATP) se impuso ante Jannik Sinner (1º) por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2), hubo momentos que difícilmente se olviden.
El momento culmine de este partidazo de cinco horas y 29 minutos sucedió en el cuarto set, cuando el marcador se encontraba a favor del número uno del mundo por 4-6, 6-7 (4), 6-4 y 3-5 (0-40). En ese instante, el italiano contaba tres puntos de campeonato para convertirse en el tercer embajador de su país en conquistar el trofeo de los mosqueteros, luego de Nicola Pietrangeli, en 1959 y 1960, y Adriano Panatta, en 1976.
Del 0-40, el pupilo de Juan Carlos Ferrero tomó confianza y buen carácter de juego, eso que le había sido un poco esquivo en los dos primeros parciales. A partir de allí empezó a sumar puntos para igualar el marcador y negarle esos tres peloteos que le darían la gloria a Sinner. Tras esto, el partido pareció tomar otro tinte, como si algo nuevo hubiese comenzado, algo que al mismo tiempo fue un fuerte golpe anímico para el nacido en San Candido, quien no pudo recuperarse completamente en la Philippe Chatrier.
¡LAS REMONTADAS DE ALCARAZ PARA GRITAR CAMPEÓN EN LA PHILIPPE CHATRIER ANTE SINNER! 💪🚀#rolandgarros pic.twitter.com/khHaJBNExe
— ESPN Tenis (@ESPNtenis) June 8, 2025
Ese 3-5 (0-40) que parecía acabar con el sueño de la defensa del título se transformó en un 4-5 para llevar las cosas a un tie break, el cual caería del lado del español para enviar todo a la quinta y decisiva manga.
Ya con la confianza por las nubes y el ánimo de saber que nada estaba perdido, Alcaraz mostró su mejor tenis para cortarle a Sinner la asombroso racha de 20 éxitos al hilo en la categoría y conquistar su quinto título de Grand Slam.
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