Con el Abierto de Estados Unidos a la vuelta de la esquina, el Masters 1000 de Cincinnati parecía el aperitivo perfecto. Y la final entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz pintaba como uno de los partidos del año pero la emoción se desvaneció rápidamente cuando el italiano decidió terminar su participación tras un puñado de puntos jugados. A partir de esto, Ivan Ljubicic en la Gazzetta dello Sport habló de una situación tan alarmante como habitual si no se respetan los descansos de los verdaderos protagonistas.
Los golpes de calor de Arthur Rinderknech, o incluso el de Francisco Comesaña no son fruto del destino. Durante dos semanas, los cuerpos de los tenistas se pusieron y se expusieron a altas temperaturas y bajas presiones. Los retiros fueron numerosos y no se tomaron medidas en serio.
"Cuando los torneos Masters 1000 duraban una semana, los jugadores podían gestionar mejor su tiempo de recuperación y entrenamiento. Ahora es mucho más difícil. Lo que vimos en Cincinnati es desalentador. No entiendo por qué insisten en jugar con este calor y humedad. Los atletas se arriesgan a lesionarse y la afición no se divierte. Hay que hacer algo", comenzó el croata sin pelos en la lengua.
En la misma entrevista, el croata habló sobre las posibilidades de Sinner en el US Open, tras su floja final en Cincy: "Si se recupera en dos o tres días, no habrá contratiempos. Si tiene que descansar toda la semana, le será difícil recuperar la forma necesaria para ganar un Grand Slam. Aunque Jannik se enfrentará a oponentes más fáciles al principio del torneo, los partidos a cinco sets, el calor y la humedad de Flushing Meadows podrían drenarle mucha energía".
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