Repleto de singularidades que lo distinguen sobre el resto, Wimbledon suma otra pecularidad, en ocasiones criticada por los fanáticos e incluso algunos jugadores, respecto al toque de queda, el cual determina que ningún encuentro puede extenderse de las 23.00 hora local.
Un convenio entre los organizadores del histórico torneo londiense, celebrado prácticamente interrumpidamente desde 1877, tan solo ausentándose de 1940 a 1946 por la Segunda Guerra Mundial y en 2020 por la pandemia del Covid, y los vecinos del barrio en que se emplaza el All England Lawn Tennis y Croquet Club dictamina que la actividad se interrumpa 60 minutos antes de la medianoche para que "no haya ruidos que molesten a la comunidad".
Cabe destacar que esta controversial decisión se estableció en 2009, cuando se instaló el techo retráctil sobre la cancha central, los cuales se abren y cierran en aproximadamente 60 minutos, permitiendo que los partidos continuaran en caso de que las condiciones climáticas no fueran las ideales, así como durante la jornada nocturna bajo las luces artificiales, y el Ayuntamiento de Merton fijó el horario límite al conceder el permiso de obras para la construcción.
Desde ese entonces, el evento celebrado sobre césped ha albergado la suspensión y posterior continuación al dia siguiente de varios encuentros apasionates, ya sea como el trabajado triunfo del australiano Nick Kyrgios frente al francés Ugo Humbert en 2021 y el batacazo del griego Stefanos Tsitsipas contra el local Andy Murray en 2023, temporada en que el serbio Novak Djokovic también debería esperar para eliminar al polaco Hubert Hurkacz.
