El capataz dominicano atraviesa días oscuros a la cabeza del conjunto de St. Louis, quienes luego de ganar su división en 2022, se encuentran en el sótano con el cuarto peor récord de MLB.
La temporada 2022 de St. Louis Cardinals fue, hasta cierto punto, un año agridulce. El conjunto vio el regreso de uno de sus jugadores más laureados en Albert Pujols, quien terminó su carrera, destinada al Salón de la Fama de Cooperstown, junto al combinado que le dio la oportunidad de llegar a las Grandes Ligas y adicionalmente, también vio el final de la carrera de uno de los receptores más conocidos en el béisbol, Yadier Molina.
Todo esto ocurría en medio del primer año como dirigente del dominicano Oliver Mármol, quien fue seleccionado para ocupar la posición luego de terminar la campaña de 2021. Para Mármol era evidente que contar con dos veteranos de respeto y del calibre de “The Machine” y “El Marciano” facilitaba su trabajo un mundo. Si a esto le sumamos nombres como Paul Goldschmidt y Nolan Arenado, el liderazgo que había en ese equipo de 2022 era el sueño hecho realidad de cualquier mánager.
Ese equipo dominó su división, logró hitos en MLB, pero desgraciadamente fue eliminado en la ronda de Wild Cards por Philadelphia Phillies, eventual campeón de la Liga Nacional.
2023 ha sido una historia completamente inversa. Sin Molina detrás del home, los lanzadores de los Cardinals han tenido un año catastrófico, colocando una efectividad de 4.28 con un promedio de hits y bases por bola por entrada lanzada (WHIP) de 1.463 y un pitcheo independiente de fildeo (FIP) de 4.14, entre los peores de la Liga Nacional.
A esto se le suma una evidente desconexión entre Mármol y sus jugadores más jóvenes, quienes (y esto es apreciación del autor) no se ven con la misma motivación del 2022. Este es un rol que Albert Pujols cubría a la perfección debido al nivel de respeto que se le tiene y sumado a su inesperada temporada, aún más. Ahora, sin esos líderes claros dentro del conjunto, el rol ha recaído sobre otros que hasta el momento, no parecen conectar de la misma manera.
Lo que sí es cierto es que el segundo año del único dirigente dominicano que hay en Grandes Ligas se está tornando en pesadilla y bastante rápido, lo que lleva a preguntarse si la estabilidad de su trabajo pudiese encontrarse en juego, ya que tal como se vio en 2022 con cuatro dirigentes despedidos durante la campaña, señal de que los equipos no tienen la misma paciencia de años anteriores y esperan resultados. En un equipo con nombres como Arenado y Goldschmidt, eso puede ser aún más cierto.
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