Recientemente David Ross recordó una conversación con Theo Epstein ocurrida en el otoño de 2016, sobre el cambio de los Cachorros por Aroldis Chapman. En el medio de esa temporada, con Chicago sosteniendo una gran ventaja en la División Central de la LN, Epstein canjeó a su estelar prospecto Gleyber Torres y otros a los Yankees por Chapman, y en el momento en el que Epstein hizo la transacción, quedaron claros los motivos: Esto fue un cambio hecho para ganar la Serie Mundial. Nada menos que eso.
Epstein le dijo a Ross que la única manera en que se habría sentido bien cambiando a Torres sería si los Cachorros ganaban el campeonato. Chapman brilló en su corto tiempo con los Cachorros, y aunque el zurdo se mostró cansado tras una gran carga de trabajo y tuvo problemas en el épico Juego 7 de la Serie Mundial, el equipo ganó su primer cetro desde 1908, y Chapman, el receptor Ross y el gerente Epstein cimentaron sus lugares en la historia de Chicago.
Lo que nos lleva a los Los Angeles Dodgers del 2019, un gran equipo con un cuerpo de abridores excepcional, una buena defensa y una gran ofensiva. Un gran equipo con un problema en su bullpen.
Es un equipo tan bueno que la oficina central de los Dodgers debería buscar hacer su propia versión del cambio de Chapman, o el acuerdo que los Indios hicieron por Andrew Miller en 2016, para conseguir los preparadores que necesitan malamente. Alguien como Brad Hand de los Indios, que podría alejarse de Cleveland si hicieran la oferta correcta, Sean Doolittle de los Nacionales, Felipe Vázquez de los Piratas, o Will Smith de los Gigantes. Mediante la adición de un par de excelentes relevistas, las posibilidades de que los Dodgers logren su primer campeonato de Serie Mundial desde 1998 mejorarán - y parece poco probable que L.A. pueda ganarlo todo sin mejorar esta parte de su plantilla.
En años recientes, la oficina central de los Dodgers ha trabajado de forma habitual para mejorar el equipo a mediados de la temporada. Yu Darvish fue el lanzador abridor más discutido en los días previos a la fecha límite de cambio en el 2017, y L.A. esperó a que bajara el precio por el entonces lanzador de los Rangers, y logró una ganga en el último minuto. En el verano pasado, los Dodgers se metieron en conversaciones con los Orioles por Manny Machado justo después del draft de novatos, y esas discusiones llevaron a un acuerdo para llevar al infielder dominicano a California luego del receso del Juego de Estrellas.
Darvish lució terrible en la Serie Mundial 2017, y el impacto de Machado quedó reducido tras los comentarios sobre su poco esfuerzo en el terreno. Pero Andrew Friedman ha demostrado que puede pagar un buen precio por jugadores que él percibe que potencialmente pueden significar la diferencia.
Ningún grupo tiene una mayor volatilidad en su rendimiento que los relevistas. Consideren que en el pasado invierno, Edwin Díaz fue ampliamente considerado como la mejor pieza de un bullpen en todo el béisbol, luego de una temporada 2018 en la que ponchó 124 de los 280 bateadores que enfrentó, y los Mets echaron mano de decenas de millones de dólares en efectivo y prospectos de sus fincas para conseguir al lanzador más dominante de la novena entrada en la actualidad. Pero el slider de Díaz no ha sido tan efectivo este año, y no ha sido tan bueno en general, todavía.
El mejor relevista en octubre pasado fue Joe Kelly, y debido a ese mes de dominio que tuvo para los Medias Rojas, consiguió un acuerdo por $25 millones con los Dodgers - y ha sido terrible.
Este tipo de volatilidad es la razón por la que los ejecutivos del béisbol se muestran reacios en ocasiones a hacer cambios caros por relevistas. Sin embargo, en cada mes de octubre parece reforzarse el largo mantra de Tony La Russa de que la postemporada se gana con bullpens y con bancas fuertes, así que muchos de los principales contendientes agregarán relevistas antes del 31 de julio. Los Cachorros firmaron a Craig Kimbrel, y los Bravos, Phillies, Twins y Rays también buscan ayuda. Los Yankees y los Astros ya tienen grandes bullpens, pero ellos podrían ser agresivos en la búsqueda de más relevistas, entendiendo la importancia de la profundidad y la idea de que podrían mantener a un relevista de alto nivel lejos de un equipo que vaya a ser competitivo.