LOS ANGELES -- En Los Ángeles, algunas cosas no cambian. Gracias a Dios.
Cientos de jugadores, coaches y directivos y decenas de millones de fanáticos han entrado y salido del Dodger Stadium en el último medio siglo, pero algunas cosas siguen iguales por Chávez Ravine y por buenas razones.
Una de ellas es el dominicano Manny Mota, quien lleva 48 años consecutivos como jugador, coach, mentor y comentarista de radio y televisión para la organización. Mota, de 78 años, llegó a los Dodgers desde los Expos de Montreal en junio de 1969 y desde entonces ha sido uno de las figuras más conocidas de la franquicia.
En un día normal de juego en casa se puede ver a Mota, uniformado, trabajando en el área de la caja de bateo bajo techo con jugadores latinos como el cubano Yasiel Puig o el puertorriqueño Kike Hernández. Una vez el juego está cerca de comenzar va a una cabina de transmisión o un lugar apartado para tomar notas del desempeño de algunos peloteros.
"Me mantiene ocupado, en la profesión que he tenido por tantos años, a la que he dedicado toda mi vida", dijo Mota a ESPN Digital para explicar las razones por las que sigue haciendo la misma rutina por casi medio siglo.
"Me siento todavía, gracias a Dios, con capacidad para tratar de seguir ayudando a la organización que tantas cosas bellas me ha brindado", dijo Mota, quien jugó 20 temporadas en Grandes Ligas con los Gigantes de San Francisco, Piratas de Pittsburgh, Expos y Dodgers.
Ha sido coach de diferentes áreas en el equipo grande de los Dodgers desde 1980, aunque fue activado ese año cuando se lesionó el jardinero Reggie Smith y luego en 1982 por un día.
"Los Dodgers, sin lugar a duda, han jugado un papel importante en mi carrera, me han mantenido aquí, gracias a Dios, por 48 años, me han tratado con mucho respeto y eso lo agradezco de sobremanera. Me siento muy contento y muy agradecido de estar en esta prestigiosa organización", dijo Mota.
En una industria en donde los cambios son tan frecuentes, los narradores Vin Scully y Jaime Jarrín, el ex manager Tom LaSorda y Mota, entre otros, han pasado a ser parte de la leyenda urbana que acompaña a los populares Dodgers, que se mudaron de Brooklyn (Nueva York) a California después de la campaña de 1957.
Mientras Scully se retiró esta temporada, después de 67 años siendo el narrador principal de los Dodgers, Jarrín planea irse en dos años, cuando cumplirá seis décadas como "la voz en español" de la radio del equipo. Por quebrantos de salud, Lasorda, el dirigente ganador de los campeonatos de 1981 y 1988, ha reducido cada año su calendario de actividades como asesor de la presidencia.
Pero es octubre, los Dodgers están en playoffs --por cuarta temporada consecutiva y por octava ocasión en 13 años-- y sus personajes más emblemáticos, incluyendo a Mota, están allí, como para recordarnos que algunas cosas no han cambiado, en la colina de Chávez Ravine.
Lasorda, un manager miembro del Salón de la Fama de Cooperstown de 89 años de edad, estuvo en Dodger Stadium el martes, un día después de salir del hospital, donde pasó 10 días con dolores en la espalda y el hombro, además de un chequeo general.
Scully, quien terminó su carrera con los últimos encuentros de la serie regular, estuvo en el parque el miércoles y realizó su famoso "It´s Dodger Baseball", que anuncia el inicio del partido, desde un palco especial en las gradas.
Jarrín está narrando la postemporada para la radio local y Mota haciendo de todo un poco. ¿Hasta cuándo?
"Solo Dios puede contestar esa pregunta. Cuando Dios considere que no debo vestir este uniforme. Me lo hará saber. Mientras tanto, seguiré vistiendo este uniforme hasta que Dios y los Dodgers así lo quieran", dijo Mota.