Tampoco es algo tan oculto: el futbol por las bandas. La velocidad, el desequilibrio, el ingenio, la profundidad y todo lo que existe en los botines y en la mente de futbolistas que responden al nombre del "Chucky", "Tecatito", Vela, Aquino y Jürgen Damm. Si México explota al máximo esta virtud de su generación futbolística, puede llegar a competir en un nivel importante. No sé si para ganarle a los alemanes, no sé si tener los seis puntos ante Suecia y Corea del Sur, pero sí para competir y preocupar a cualquiera...
Por David Faitelson
LOS ANGELES, CA.- Llamémosle -por hacerlo de una manera- "el gran secreto de Juan Caros Osorio". México tiene, en la cancha, un "arma", hasta cierto punto "poderosa", que puede ayudarle y que debe explotar al máximo para cuando el balón empiece a rodar sobre el césped del Estadio Luzhniki. A partir de ello, puede tener cierta esperanza, alguna ilusión, y uno que otro sueño.
Sin olvidarnos de los defectos, es tiempo de buscar las virtudes que la Selección Mexicana podría ofrecer a partir del 17 de junio en las canchas rusas.
La inconsistencia en las alineaciones, los experimentos en algunas posiciones, el desorden defensivo, el poco ritmo y protagonismo que tienen los futbolistas europeos en sus clubes y hasta la fragilidad para encontrar un estilo definido de juego. Los defectos, las debilidades están a "flor de piel" en un proceso que no ha encontrado todavía su mejor momento y que ha vivido de fragmentos inconclusos, de algunos parajes o minutos de buen de futbol y de esperanza.
Pero algo bueno tiene que tener esta selección. Y quizá una de sus mayores fortalezas ocurra en una zona decisiva del campo, donde la velocidad, la profundidad y la creación (la capacidad de inventar o transformar el juego) te puede alcanzar para acercarte a un nivel competitivo. Lo mejor de México está por las bandas y en la medida que explote las condiciones de futbolistas como Hirving Lozano, "Tecatito" Corona, Carlos Vela, Javier Aquino y hasta Jürgen Damm podría provocar "dolores de cabeza", así el rival se llame Alemania, Suecia, Corea el Sur o Brasil -pensando en que logre sortear con éxito un grupo que luce por demás complicado-.
México tiene que explotar lo mejor que tiene. Lozano ha tenido un extraordinario "aterrizaje" en el futbol europeo, en la Liga holandesa. Es muy joven y seguramente tendrá mucha presión encima. El "Tecatito" debe entender que ha llegado el momento de dar el "siguiente paso" y que no puede quedarse atorado para siempre en el nivel -bueno, pero no el mejor- de la liga portuguesa. El Mundial es una gran oportunidad para él. No puede desaprovecharla. Carlos Vela dice que personalmente está muy a gusto con su decisión de dejar la alta presión del futbol español para jugar en los Estados Unidos. Tiene futbol, siempre lo ha tenido. Nunca, sin embargo, ha "explotado" de la manera en que todos saben que él puede hacerlo.
¿Ocurrirá, finalmente, en Rusia? Javier Aquino ha mantenido un nivel muy regular en el futbol mexicano. Ricardo Ferretti lo ha hecho un mejor futbolista, a pesar de que abandonó muy pronto su sueño de jugar en las mejores ligas del mundo. El Mundial debe ser un punto de motivación para su carrera. Y Jürgen Damm tiene la velocidad que nadie tiene en el futbol mexicano. Se ha detenido en su proceso, cuando, en un momento dado, parecía material de exportación. Él sabe que Rusia es la llave para abrir alguna puerta europea.
México va jugar por las bandas. Mostrará que es una de las grandes bondades que le brindó esta generación futbolística y que, a partir de ahí, puede encontrar un escenario competitivo por más duro y complejo que sea el rival.
Hay que trabajar en los defectos, pero no hay dejar de ponderar las virtudes, esta selección tiene la suya, debe aprovecharlo al máximo.