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No hubo Mar-TRI-rio para Martinica: 3-2

CHARLOTTE -- Mártir no es el gentilicio de Martinica. Y evitó serlo. Con tres clavos (3-2) la crucificó México, para mantener su cuota goleadora y apagar el intento de rebelión de los caribeños.

El Tri fue su cómplice en lo que parecía un escenario de masacre similar al de Cuba. Pero, Sin el fervor, la rabia, el compromiso y la devoción mostrada ante Cuba y Canadá, reaccionó apenas cuando recibe un golazo de Martinica, para poner orden en la cancha y en el anecdotario de la Copa Oro.

Uriel Antuna, Raúl Jiménez y Fernando Navarro sentenciaron a Martinica, que hizo el mejor gol de la noche con un soberbio cobro de Parsemain al ángulo derecho del Tri, coreado incluso por los 59,283 aficionados mexicanos que colmaron la noche festiva de Charlotte.

URIEL, DE NUEVO…

28 minutos necesitó México para encender el marcador, a la afición, las alarmas en Martinica, y las veladoras a Uriel Antuna.

Por derecha hace la jugadita que es una jugarreta a la osamenta del adversario. Antuna despega, amaga, pisa, recorta y mientras el zaguero reacomoda el esqueleto, el mexicano mete un zapatazo de zurda, de esos, rinconeros, traicioneros, retozones, que entra a la alcancía por esa ranurita entre los dedos desesperados del arquero y el poste. 1-0.

Antes de la escapada de Antuna, México había intentado, pero con cautela, con recelo, sin prisa. Incluso, en el área, hizo remates con el pie izquierdo de la indolencia

A sabiendas que no había una olla de oro al final del arco iris de estos 90 minutos ante Martinica en el abarrotado Estadio de las Panteras, México se dedicó a llenar el formulario de Concacaf para el miércoles partir a Houston.

Martinica parecía programado para la derrota, pero no resignado ni abnegado para una humillación. Por eso cerró compuertas y el Tri colaboró con la serenidad y condescendencia de las circunstancias.

Martinica llegó a la cancha con el video de Canadá bajo el brazo: cuatro en el fondo, cinco a las persecuciones y uno en punta, más abandonado que Fidel Kuri en junta de dueños.

Con el 1-0 como pacto entre quien no quiere ser humillado y quien no quiere exponerse, se van al descanso ante la resignación de la tribuna, que pagó ilusionada con un rosario y le habían dado a cuentagotas.

El segundo tiempo comenzó meciéndose en aguas tranquilas. DEemasiado tranquilas para México, que se solazaba en el amparo del 1-0.

Pero al minuto 57 sacaron al Tri de su sopor. Y de manera espectacularmente brutal. Tiro libre por izquierda. El veteranazo Kevin Marius Parsemain recordó las enseñanzas de Brian Schmetzer en el Seattle Sounders: su obús fue brutal al ángulo superior izquierdo. 1-1.

Pero el baile tribal de Martinica duró apenas unos acordes en sus corazones. Al 61, Rodolfo Pizarro desborda por izquierda. El balón se pasea ante la inocente perplejidad de los caribeños, y Raúl Jiménez empuja el 2-1.

Habría más. Raúl Jiménez prolonga un balón a la ansiedad agazapada y acechante de Fernando Navarro, quien caza el balón y lo cruza sobre la desesperación de zaga y arquero. La pelota culebrea lentamente sobre el poste derecho. 3-1.

Pero Martinica aún tenía ansias de indulto. Servicio al área, y con los defensas mexicanos idos mentalmente al vestuario, Jordy Delem, del Seattle Sounders, salta en el área, totalmente abandonado y se da tiempo para acomodar el cuerpo y meter un testarazo al poste izquierdo.

Para agregarle pachanga a la pachanga, en los minutos finales, algunos aficionados enarbolaron el “sí se puede, sí se puede…”, pero en apoyo a Martinica.

México permanecerá en Charlotte hasta el miércoles, cuando viajará a Houston para librar su juego correspondiente a Cuartos de Final de la Copa Oro.