Jaime Munguía habla sobre su nuevo comienzo tras la derrota con Canelo, aunque no se arrepiente, deja en duda sí estaba listo.
No fue fácil para Jaime Munguía tocar la lona por primera vez en su carrera. Y lo hizo de dos maneras: en el cuarto asalto cuando Canelo Álvarez lo mandó al piso con el upper cut y, luego con el fallo final del combate, adjudicándole su primera derrota en su carrera profesional. Fueron dos bofetadas en una misma pelea.
Tres meses después trata de pasar página: cambió de entrenador, firmó con Top Rank y piensa relanzar su carrera noqueando a Erik Bazinyan el próximo 20 de septiembre en una cartelera transmitida por ESPN, sin embargo, para avanzar hacia el futuro, primero hizo algunas reflexiones de su pasado más reciente: Canelo.
“Fue una buena pelea, entretenida para todos y a nadie le gusta perder, pero hay que tratar de aprender siempre de las victorias, aunque esta vez tocó aprender de la derrota, pero vamos a seguir adelante avanzando y no hay por qué ponerse triste sino al contrario, hay que tratar de seguir creciendo”, señala el mexicano como si el tiempo fue su mejor aliado en digerir el combate que le hubiera cambiado la vida profesional.
Admite que fue difícil, pero le tranquiliza el hecho de haber entregado hasta el último suspiro sobre el ring y ahora solo queda recoger las cenizas y caminar hacia adelante. “Hay muchas cosas que aprender de estar en los grandes escenarios, en las grandes ligas, siempre se aprende en las preparaciones, conoces tu cuerpo, estamos de regreso en Big Bear y ahora hicimos un gran cambio al estar con Érik Morales. Y se van a ver muchas cosas nuevas en esta pelea que viene”, confiesa.
Munguía deja dudas sobre si estaba totalmente listo para afrontar un combate contra alguien tan experimentado como Canelo y cuando le pregunto si le faltaba más tiempo, responde: “Creo que estaba bien, estaba haciendo una muy buena pelea y Canelo supo ajustar, es experimentado. Uno nunca sabe cuándo es el momento correcto y, aunque no sea el momento, tienes que hacer las cosas para crecer y eso ayuda a mi crecimiento”. La frase “aunque no sea el momento tienes que hacer las cosas”, refleja tal vez un poco de presión detrás o simplemente sabía que el tren del Canelo solo pasa una vez y podría lamentarse no haberlo tomado. Pero luego es contundente cuando dice: “No me arrepiento de nada”.
Tras la derrota contra Canelo, una de las decisiones inmediatas de su equipo fue cambiar de entrenador y pasar de Roach a Morales.
La razón de cambiar a Roach por Morales
Parece que Munguía regresó a donde fue feliz. Después de años con Érik “El Terrible” Morales en su esquina había decidido tomar otro camino con el veterano Freddie Roach, sin embargo, tras su primera derrota decidió empezar de nuevo. “Tanto Freddy como Érik son grandes entrenadores. Ya tengo bastante tiempo con Érik y me acoplo bien y por el tema de la altura también. Freddie no sale de Los Ángeles y me gusta más entrenar en Big Bear o donde haya altura”, explicó.
La nueva ruta de Munguía primero pasa por noquear a Erik Bazinyan (32-0-1, 23KOs) en Glendale, Arizona. Aunque sabe que derrotar al invicto peleador armenio no será tarea sencilla, se prepara intensamente para ello. “Es una pelea dura, no será una pelea fácil, es un peleador invicto que maneja las dos guardias a la distancia. Es más alto y tiene más alcance que yo, hay que hacer una pelea inteligente… Obviamente me gustaría terminarlo por nocaut, pero pueden pasar muchas cosas, me estoy preparando para pelear los 12 asaltos y sacarlos bien”.
Una vez conseguido ese primer paso, Munguía buscará el título mundial de las 168 libras de la FIB, el mismo cetro que le fue despojado a Canelo Álvarez semanas atrás y que William Scull y Vladimir Shiskin están llamados a disputarlo. “Quiero ser nuevamente campeón del mundo y si todo sale bien vamos a buscar ese título”, indicó el mexicano. Mientras eso sucede continúa mejorando su defensa y velocidad a la hora de soltar sus combinaciones en la altura de Big Bear.