Canelo Álvarez ha sido campeón mundial en cuatro divisiones diferentes, pero de cara a su combate contra Edgar Berlanga, todavía no tiene una pelea para el recuerdo que acompañe su leyenda.
Canelo Álvarez es amplio favorito para vencer a Edgar Berlanga cuando ambos se enfrenten el 14 de septiembre en Las Vegas: eso está claro, final y firme, estipulado en las mesas de apuestas digitales, en los casinos y en las voces de analistas de todo tipo. Canelo ha dicho que noqueará en ocho asaltos; Berlanga ripostó que será él quien noquee, en seis.
Todo eso son pronósticos, especulaciones con mayor o menor base, sobre cuál puede ser el resultado. ¿Y qué hay con el desarrollo del combate, antes del desenlace? ¿Qué tal si Berlanga demuestra que, en efecto, tiene la pegada para convencer a todos los que, según él, le menosprecian y provoca una batalla de tú a tú contra Canelo, dure lo que dure, pero ofreciendo al fan una auténtica guerra?
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Tres asaltos le bastaron a Marvin Hagler y Thomas Hearns para dejar registrado uno de los más épicos combates en la historia del boxeo. Más recientemente, Tyson Fury y Deontay Wilder sirvieron otro banquete, con múltiples knockdowns de ambas partes. Salvando diferencias, ¿serían capaces Canelo y Berlanga de ofrecer algo semejante?
O más allá, ¿le conviene, o quizás necesita Canelo algo así para cimentar su legado?
Canelo “va a ser una leyenda”, dijo Julio César Chávez a ESPN. “Desafortunadamente le falta una guerra para que el pueblo de México se le entregue totalmente, porque desafortunadamente lo digo, porque tú lo has vivido, tiene un México dividido, lo quiere uno y otro no, con todo respeto eso no pasaba conmigo”.
Pocas veces se ha visto al Canelo realmente presionado. Tal vez su peor momento fue en mayo de 2010 ante José Miguel Cotto. En el primer asalto, un gancho de izquierda en contragolpe de Cotto lastimó a Canelo, quien dobló rodillas y quedó recostado de las cuerdas, pero resistió la inmediata embestida del boricua sin mayores consecuencias. Cotto a su vez fue derribado en el segundo asalto y Álvarez ganó por KOT en el noveno.
Luego perdió ante Floyd Mayweather Jr. por blanqueada y tuvo la trilogía ante el peligrosísimo Gennadiy Golovkin, en la que se golpearon a mansalva de ambas partes, pero teniendo los dos quijadas de granito, ninguno se vio lastimado. Canelo perdió posteriormente ante Dmitry Bivol, quien le superó de punta a punta con su boxeo y mayor corpulencia, pero en un choque cuyo desenlace se vislumbró desde temprano y que Canelo no logró revertir.
Con esos antecedentes, ¿cuánto significaría para el legado de Canelo una victoria por KO, en la que tenga que batallar arduamente para venir de atrás e imponerse de manera dramática? ¿Cuántos fans del boxeo anhelan ver a un Canelo, apurado, tener que recurrir a todo su arsenal para silenciar el reto rival y dejar un nocaut para la historia?
Tal vez baste con rememorar el primer combate entre Chávez y Meldrick Taylor, escenificado el 17 de marzo de 1990 en Las Vegas. El mexicano, al momento con 68-0, unificaba coronas de las 140 libras ante el también invicto estadounidense. A medida que transcurrían los asaltos, la balanza se inclinaba peligrosamente a favor de Taylor. Al llegar al duodécimo y último asalto, Taylor dominaba ampliamente en dos de las tarjetas y era evidente que le bastaba con sobrevivir el asalto para ganar. Sin embargo, aunque en puntos Taylor dominara, su desgaste físico era evidente, con el rostro hinchado y su velocidad menguada por los golpes de Chávez.
Así, Chávez encontró el hueco y derribó a Taylor, quien se levantó torpemente, casi ciego y quebrado en cuerpo y alma, y el árbitro Richard Steele detuvo el combate. Es esa una de las batallas que definieron y encumbraron la carrera de Chávez.
También amerita mencionar el KO de Juan Manuel Márquez a Manny Pacquiao en el cuarto choque entre ellos. Rivales encarnizados de por vida, se habían enfrentado ya tres veces con balance favorable al filipino (un empate y dos victorias por puntos). Pero llegó la cuarta el 8 de diciembre de 2012 en Las Vegas. Si bien Márquez derribó a Pacquiao en el tercer asalto, a la altura del sexto los aires favorecían a Pacquiao - y de repente todo cambió: Pacquiao cayó en una trampa y Márquez atinó una derecha que dejó al filipino tendido bocabajo sobre la lona por varios minutos. Para Márquez, no pudo existir mejor manera de cerrar la serie de peleas entre ambos, con un KO espectacular.
Toca el turno a Canelo y Berlanga.
Naturalmente, no existen libretos; solamente pronósticos y anhelos. ¿Será Berlanga “El Escogido” por los dioses del Boxeo para contradecir lo previsto y coprotagonizar la victoria definitiva de la carrera del Canelo? Habrá que esperar a la noche del 14 de septiembre para constatar cuál de todos esos posibles escenarios se cumplió. Y como bien dicen, soñar no cuesta nada.