El 14 de septiembre de 2013 en Las Vegas, Canelo Álvarez fue Edgar Berlanga en el combate contra el invicto Floyd Mayweather.
Canelo Álvarez ya sabe lo que es ser Edgar Berlanga. Cuando tenía 18 años y un récord de 23-0-1, 16 KOs, su apodo “Canelo” empezaba a sonar con fuerza como la promesa del pugilismo azteca. Era un Álvarez con la mirada inconfundible de peleador hambriento de gloria, quería devorarse al mundo en un solo ‘bocado’, pero todavía no tenía ni la experiencia ni el nivel para causar esa irrupción mundial. No había abundancia económica y, confesó años atrás en una entrevista para DAZN, que “tenía tres trabajos más allá del boxeo”.
Canelo recibió una oferta de un millón de dólares para enfrentar a Floyd Mayweather Jr., quien había vencido en ese entonces a Oscar De La Hoya, Ricky Hatton y se encaminaba a destruir a Juan Manuel Márquez. La tentación de precipitarse por dinero había tocado su puerta y su entorno se encargó de ser el orfebre no solo en el ring, sino en los negocios. Cuenta el mexicano a DAZN que su entrenador Eddy Reynoso lo convenció de esperar: “vendrán mejores bolsas”, le aconsejó.
Pasaron cinco años y Mayweather volvió a asomarse por la ventana. Ya Canelo tenía 23 y era campeón mundial superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tras arrebatarle el cetro a Austin Trout. Y aunque el mexicano ya había obtenido bolsas por encima del millón de dólares, le colocaron sobre la mesa $5,000,000 más un porcentaje de la venta del PPV, en otras palabras, su cuenta bancaría pasaría los $10,000,000, mientras Floyd convertido en “The Money” ganaría $41,500,000 más el porcentaje del PPV.
Y a pesar que más tarde en una entrevista en ESPN señaló que no aceptó esa pelea por dinero, Canelo firmó el combate, probablemente convencido que podía ganarlo. Dijo sí a las condiciones de Mayweather para marcar un peso especial (152 libras) y la noche del 14 de septiembre de 2013 en Las Vegas se convirtió en Berlanga: pasó de ser favorito a “underdog”, entretanto el pugilista norteamericano era cuestionado por seleccionar a Canelo cuando Manny Pacquiao era el nombre que todos gritaban a los cuatro vientos.
“Creíamos que podíamos ganar. Por algo Dios dijo que no estaba listo. No era momento porque me hubiera vuelto loco”, confesó a ESPN, admitiendo el error en un combate de una sola cara. Aunque trató de tener la iniciativa de la pelea se vio desnudo, impotente de causarle daños graves a su rival. Floyd lo desgastó en la primera parte de la pelea y luego bailó sobre Álvarez en la segunda parte. Canelo le aguantó la pegada a Mayweather, reflejó cierta agresividad por el triunfo, había “rabia” por intentar dar la sorpresa, pero solo quedó en impotencia graficada en la negativa a chocar guantes en un llamado de atención, lo golpeó ilegalmente en la pierna y le dio con el hombro mientras el réferi los separaba.
Sin embargo, se puede argumentar que nadie estuvo listo para Mayweather, no obstante, Canelo pudo haber dado una mejor demostración con más experiencia debido a que tiene una gran asimilación, pegada respetada y una buena línea boxística, pero en aquel entonces careció de gestión y plan de pelea al no saber digerir a alguien tan escurridizo. José Luis Castillo, Oscar De La Hoya, “El Chino” Maidana y hasta Víctor Ortiz (antes del polémico KO) le hicieron combates complicados al norteamericano, pero la precipitación de Canelo provocó que su pelea pasara al olvido.
A Edgar Berlanga le sucede una situación similar. Más allá que tiene 27 años, su historial boxístico es de un novato. Nadie duda que es buen boxeador con pegada respetable y, probablemente haga ruido en el futuro, pero en este momento saltó al abismo.
Canelo, quien fue Berlanga por una noche ante Mayweather, pudo regresar a las alturas para convertirse en el rostro del pugilismo: ¿podrá Berlanga ser Canelo tras el 14 de septiembre En Las Vegas si no da la sorpresa?